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DESASTRE ECOLÓGICO

Recogidos 6.500 kilos de peces muertos y 715 huevos de ave dañados

Tres fiscales elaboran el informe sobre la rotura de la presa de Aznalcóllar

La Junta de Andalucía dio ayer el primer parte de guerra oficial de la riada tóxica: se han recogido del cauce del río Guadiamar 6.500 kilos de peces muertos, la mayoría carpas, y 715 huevos de ave seriamente afectados. Es el primer resultado de daños sobre la fauna del entorno de Doñana después de que una capa de lodo tóxico y ácido se desparramara desde la presa de las minas de Aznalcóllar. Los últimos análisis de control químico en la zona han detectado una mayor cantidad de los metales menos tóxicos (hierro, manganeso y cinc), mientras bajan relativamente los más venenosos (cobre, plomo y cadmio).

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Las secuelas del vertido tóxico en las proximidades de Doñana van llegando con cuentagotas. La primera línea de fauna, la que habita los cauces de los ríos, ha sufrido el mayor número de bajas. La Consejería de Medio Ambiente de la Junta asegura que ya se han recogido «325 bolsas, de 20 kilogramos cada una, que hacen un total de 6.500 kilogramos de peces muertos».El informe asegura que el 75% de los peces muertos son carpas y el resto se divide entre albures, barbos y black-bas. Sólo un 45% corresponde a una de las especies del río de mayor valor añadido: la anguila. Las ranas y los cangrejos rojos han causado óbitos en una cantidad aún si cifrar.

En la segunda línea, la compuesta por la avifauna, las bajas han sido menores, pero las tareas se han centrado en labores preventivas y en asegurar los ciclos reproductivos. Los voluntarios y trabajadores de Medio Ambiente han recogido 715 huevos de ave, 23 nidos y 10 pájaros, de los que sólo dos habían perdido la vida embotados de barro.

Los huevos, fundamentalmente de garza imperial (95), pato real (65), cigüeñuelas, avocetas (540), pagazas y calamón, han sido recogidos en cubos de serrín y trasladados a incubadoras. Dos pollos de garza imperial han pasado a mejor vida achicharrados por el agua tóxica, lo mismo que otros 12 nonatos de garza (sus huevos estaban rotos) y tres de cercerta pardilla. La Junta ha instalado una red de muestreos del río, tanto fijos como móviles, para determinar el grado de contaminación de las aguas y de las riberas. Los siete puntos fijos van desde Aznalcázar hasta el mismo Lucio del Cangrejo, en el corazón del Parque Nacional de Doñana.

Pesquisas judiciales

Los trabajos de recogida y cuantificación de los daños continúan paralelos a las pesquisas judiciales. Los dos fiscales de medio ambiente de Sevilla se han hecho cargo de las pesquisas, mientras que la Guardia Civil ya ha nombrado un instructor para elaborar las diligencias. El instituto armado ha solicitado al Instituto Sismológico Nacional las cintas con los posibles movimientos tectónicos del último mes en la zona de la mina de Aznalcóllar para determinar si algún pequeño terremoto pudo afectar a la estructura de la presa. Ésta se vino abajo con un estruendo «que parecía una explosión», según el ciudadano que dio aviso a la Guardia Civil sobre la desgracia que se venía encima.Las dudas se centran ahora en qué juez se hará responsable de la catástrofe. Aznalcóllar pertenece al partido judicial de Sanlúcar la Mayor, con los juzgados severamente saturados. Precisamente el juzgado de esta localidad fue el responsable del archivo de las denuncias que se habían presentado por las filtraciones de la presa y por las deficiencias ecológicas en la explotación de la mina. Fuentes judiciales se muestran partidarias de que se nombre un juez especial para llevar toda la causa.

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