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Débiles criterios urbanísticos

La controversia del restaurante Rey Chico ha puesto de manifiesto la debilidad de los criterios que sobre el urbanismo tienen los diferentes partidos políticos.La polémica comenzó en 1997, cuando el Rey Chico estaba prácticamente acabado y había superado los diferentes trámites burocráticos. El estudio de detalle fue aprobado por unanimidad. La anterior corporación socialista concedió la licencia de apertura, pero fue la actual -la que luego ha peleado por su demolición- la que a finales de 1995 prolongó su validez, ya que había caducado. El pasado verano el pleno acordó el derribo del edificio. Sin embargo, el grupo municipal del PSOE entendió que echar abajo un restaurante con todos los permisos reglamentarios constituía un peligroso antecedente. Los Verdes de Andalucía, por su lado, al mismo tiempo que el promotor del restaurante y el alcalde de Granada lograban ayer el preacuerdo, pidieron ayer al Ayuntamiento que no permita hoy la apertura del Rey Chico por no adecuarse al entorno, por la "presión" que causaría en la zona el acceso de los clientes y por el impacto paisajístico. Los empresarios, por su lado, han mantenido hasta última hora un discreto silencio. La Confederación Granadina de Empresarios divulgó el jueves por la noche un extenso comunicado en el que recordaba que la, tramitación administrativa "ha gozado de un amplio consenso entre los distintos grupos que componen la corporación".

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