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LA SEGUNDA TRANSICIÓN CHILENA

Violenta protesta contra el ex dictador en la capital chilena

Con más de medio centenar de detenidos y cuatro heridos leves se saldaban anoche, provisionalmente, los enfrentamientos en las principales calles del centro de Santiago entre cientos de estudiantes que gritaban "Ni perdón ni olvido contra el general Augusto Pinochet", y la policía militarizada de carabineros, que utilizaba chorros de agua y gases lacrimógenos para disolverlos.Mientras tanto, en el acceso principal del Congreso Nacional, en Valparaíso, un grupo formó una cadena humana y, frente al edificio, se extendió un gran lienzo de color naranja que decía: "No se admiten asesinos".

Aunque la vigilancia policial fue reforzada en el área céntrica de la capital, las manifestaciones comenzaron desde temprano, en forma paralela a la ceremonia en que Pinochet pasó a retiro en el Ejército, motivadas por su próxima incorporación al Senado.

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Una columna integrada por unos 500 estudiantes universitarios y de enseñanza media, muchos de ellos con sus cuadernos y libros, interrumpió el tránsito por las principales calles, provocando grandes atascos. Todos ellos gritaban la consigna, que ese día presidió las protestas, "Jamás, jamás olvidaremos a ese asesino llamado Pinochet" y "Chile no se rinde".

Desde algunos edificios, jóvenes arrojaron bolsas de agua contra el grupo, y de otros, panfletos que decían "Ni senadores ni diputados: lo que para a Pinochet es el pueblo organizado".

Al frente de esta columna iba el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Santiago, Marcos Barraza, de 24 años, que el 11 de septiembre de 1973, el día del golpe militar de Pinochet, tenía siete meses de edad. Mientras impedía avanzar a los coches en una esquina, Barraza afirmó que estaba allí protestando contra el general porque "yo viví completa la dictadura: mis padres fueron torturados, amigos y compañeros murieron y mi familia se exilió en Francia".

Grupos semejantes, en un número total cercano a las 1.000 personas, se manifestaban al mismo tiempo en otros lugares o simultáneamente en diversos lugares del centro cívico. El grupo realizó una sentada en la avenida Alameda, la principal de Santiago, y mientras algunos arrojaban piedras a la policía de carabineros, ésta cargó con carros lanzaaguas y bombas lacrimógenas para disolverlos, deteniendo a numerosos estudiantes.

Casi no hubo enfrentamientos con partidarios de Pinochet, pues éstos se mantuvieron replegados en las cercanías de la escuela militar, vitoreando al general.

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