Cambio de táctica negociadora

El Gobierno ha aprendido de sus experiencias anteriores y ha cambiado de táctica en esta compleja negociación de la financiación sanitaria respecto a la estrategia que empleó hace un año en la también delicada negociación autonómica.En aquella ocasión, el Gobierno entró en una confrontación directa con las tres comunidades gobernadas por el PSOE -Andalucía, Castilla-La Mancha y Extremadura- que se saldó con diferencias irreconciliables que se mantienen hasta hoy.

Sin embargo, ahora el Gobierno ha comprendido que los intereses de la comunidad andaluza eran distintos a los de las otras dos comunidades autónomas gobernadas por el PSOE, adscritas al llamado territorio Insalud. Andalucía, con el Insalud traspasado, sufre un grave déficit sanitario y sus intereses se acercan más a los de Cataluña y Canarias, gobernadas por los nacionalistas socios del Gobierno del Partido Popular, también con un importante agujero en el sector sanitario.

En estas condiciones, el Gobierno no ha dudado en poner mucho dinero sobre la mesa para atraer a las siete comunidades que tienen traspasado el Insalud y, sobre todo, a las más afectadas: Cataluña, Canarias, Andalucía y País Vasco. Las cuatro formaron hace ya meses un frente común de negociación y han llevado el peso de la interlocución con el Gobierno.El Ejecutivo ha ido cediendo a las pretenciones de esas cuatro comunidades en cuanto a los criterios de reparto -hacerlo respecto al padrón actualizado y otorgar compensaciones por descenso de población y desplazamientos sanitarios- y fuentes de financiación, excepto en un punto: el medicamentazo, que se ha convertido en el punto más controvertido que queda pendiente.

Por ello, el secretario de Estado de Hacienda, Juan Costa, no se atreve aún a hablar de la existencia de un acuerdo. Menos aún si se tiene en cuenta que algunas de las autonomías del territorio Insalud -como Extremadura o Castilla La Mancha- discrepan de los criterios de reparto.