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EL FUTURO DE EUROPA

Chirac se suma a las exigencias de su Gobierno por una política que favorezca el empleo en Europa

Enric González

El presidente conservador francés, Jacques Chirac, salió ayer en defensa de su Gobierno socialista y se sumó a la reivindicación de "las modalidades sociales y la coordinación de políticas económicas" que debían compensar el Pacto de Estabilidad y austeridad para la unión monetaria. Pero añadió que dicho pacto debía firmarse la semana próxima en la cumbre de Amsterdam, como estaba previsto. El primer ministro, Lionel Jospin, se limitó a considerar "posible" que los 15miembros de la Unión Europea (UE) llegaran a un acuerdo antes del lunes, día de inicio e la cumbre. Francia, que amenaza con bloquear el euro si no se acompaña de una política contra el paro, tiene por delante una semana de negociaciones contrarreloj.

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El primer ministro holandés, WimKok, viajó ayer a París en su calidad de presidente semestral de la UE para buscar una solución al conflicto abierto por Francia. La petición formulada por el nuevo ministro de Finanzas socialista, Dominique Strauss-Kahn, en el sentido de completar el Pacto de Estabilidad con un "capítulo social" dentro de la reforma del Tratado de Maastricht, fue bien acogida por países como Bélgica e Italia y rechazada por Alemania y España. Todos los Gobiernos europeos se mostraban ayer conciliadores y deseosos de alcanzar un acuerdo, aunque descartaban cualquier posible renegociación del pacto de austeridad presupuestaria. Según la opinión general, incluir un "capítulo social" dentro de Maastricht era difícil, pero no imposible.Cuando Kok llegó a París, el viceministro francés para Asuntos Europeos, Pierre Moscovici, había subido las apuestas al descartar casi totalmente que el pacto pudiera firmarse en Anisterdam. "Si pedimos una evaluación, es porque pensamos que llevará más de una semana. No nos contentaremos con un par de párrafos en una resolución. Queremos un verdadero plazo", dijo Moscovici. Didier Pineau-Valencienne, vicepresidente de la patronal francesa, manifestó por su parte que existía el riesgo de que el curo no llegara a nacer. "En cualquier caso, no como moneda fuerte", señaló el empresario.

WimKok se encontró en primer lugar con el presidente Jacques Chirac, y al término de su reunión el panorama se hizo algo menos pesimista. Chirac, que podría haber aprovechado la ocasión para distanciarse del Gobierno socialista con el que se ve obligado a cohabitar, se mostró conciliador. Descartó cualquier aplazamiento en la firma del Pacto de Estabilidad, pero añadió que había que satisfacer las reivindicaciones sociales impulsadas por Jospin.

"Esto significa", explicó Chirac, "que debemos examinar en Amsterdam, de un lado el Pacto de Estabilidad y crecimiento, que espero pueda ser firmado, y de otro lado las modalidades sociales y de coordinación de políticas económicas que, a justo título, acaba de acentuar el Gobierno francés". El presidente añadió que él ya había presentado el año pasado ante la UE un memorándum sobre el "modelo social europeo" cuya orientación no era muy distinta a la planteada por Jospin. Kok, a su lado en el patio del Elíseo, mostró su esperanza en lograr un acuerdo en los próximos días, y se sumó al deseo de que la Europa del futuro no fuera "solamente para los monetaristas y los banqueros, sino también para los trabajadores y los parados".

El jefe del Gobierno holandés se dirigió entonces a Matignon para entrevistarse con el primer ministro francés. El resultado de la reunión fue también moderadamente optimista: Jospin y Kok coincidieron en que un acuerdo era "aún posible".

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Marcha por el empleo

Mientras se celebraban esas entrevistas ayer, una muchedumbre ocupaba la avenida Voltaire, entre las plazas de la República y la Nación. "Europa a favor del empleo" rezaba la pancarta roja con que se abría la gran manifestación, según informa Octavi Martí. Quienes encabezaban el cortejo -de entre 40.000 y 80.000 personas, según las fuentes- eran 2.000 trabajadores de la fábrica que Renault tiene en Bélgica, en Vilvoorde. Éstos iban respaldados por las delegaciones italiana y española de Renault y pedían una "reducción masiva del tiempo de trabajo".

Si el pasado 28 de mayo varias ciudades europeas ya conocieron manifestaciones de este tipo, París quedó entonces al margen en razón de la actualidad electoral. Ahora, convocados por los sindicatos CGT (de inspiración comunista), CFDT (reformista), CFTC (católico), varios minoritarios y la CES (Confederación Europea de Sindicatos), los trabajadores han salido a la calle con el objetivo de reclamar "una Europa social, una Europa del empleo" e impedir el cierre de Vilvoorde.

Más información en la página 53

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