Bienvenido, 'Mister' Berlanga
El pueblo del rodaje agasaja al cineasta
Luis García Berlanga y las actrices principales de Bienvenido Mister Marshall, Lolita Sevilla y Elvira Quintilla, recibieron anoche un homenaje en la localidad madrileña en la que fue rodada la película, Guadalix de la Sierra. En un ambiente festivo y con una plaza del Ayuntamiento llena de banderitas y con tres pancartas de bienvenida en inglés y en español, los homenajeados hicieron una entrada triunfal, precedidos por una banda de música. Les esperaban 2.000 vecinos, que prorrumpieron en aplausos al verles llegar.Desde el balcón del Ayuntamiento tomó primero la palabra Lolita Sevilla, que, ataviada con un traje blanco de lunares negros, se metió a los vecinos en el bolsillo al cantar Americanos, la canción principal de la película.
Berlanga, emocionado por el recibimiento, agradeció profundamente el homenaje: "Tengo que dar las gracias por dos emociones: primero por rodar aquí la película, y segundo, por poder estar hoy aquí". El director español recordó a Pepe Isbert y Manolo Morán, los dos actores principales de la película, y se refirió al gran éxito que tuvo la película en el Festival de Cannes. "En ninguna otra he tenido una figuración tan buena y con tanta categoría profesional como la que aquí me encontré".
Los tres homenajeados estuvieron acompañados por una docena de colegas, entre ellos José Luis López Vázquez, Manuel Aleixandre, María Garralón, Antonio y Emma Ozores, José Sazatornil y María Isbert.En el público había todavía muchos de los cerca de 450 vecinos que participaron en el rodaje. Entre ellos Crescencio Marcos, Chencho, el hijo de la Engracia en la película, entonces un chaval de 17 años y hoy con 62. Este vecino aún tiene muy frescas en la memoria las palabras del director cuando le dijo: "Como te vuelvas a reír te llevas un capón".
Carta a los Reyes
El papel con diálogo de Chencho era tan escueto como puntilloso. Intervenía en la secuencia en la que los vecinos hacían la lista de los Reyes Magos que entregarían al americano Mister Marshall: "Yo quiero una bicicleta de carreras... con timbre", apuntillaba, con un manotazo en la mesa, tras un momento de reflexión.
Chencho recuerda con cariño. "Nos lo pasamos muy bien porque éramos como una gran familia. Pepe Isbert y Manolo Morán eran muy simpáticos. Pero, además, ganábamos un dineral, unas 30 pesetas diarias". Ésta es la razón por la que durante el rodaje de la película, los patatales locales se quedaron sin mano de obra y los terratenientes tuvieran que buscarla en los pueblos vecinos.
Pero si Chencho se tiene que quedar con dos imágenes de los tres meses de rodaje, no duda: Lolita Sevilla -"tenía 17 años, era guapísima y traía por la calle de la amargura a todos los mozos, aunque la madre la ataba en corto"- y la travesura del buey.
Jesús Duarte, más conocido como Napoleón, el chavalín de 11 años más travieso del colegio, que pasó a la historia del celuloide por salir hurgándose la nariz con el dedo, está de acuerdo con él. Cuenta que estaban 10 o 12 músicos de la película ensayando en la cocina de una casona. La cocina se comunicaba con el establo en donde se guardaba un imponente buey. A alguien se le ocurrió dar una sorpresa a los reunidos. Cogieron al animal y lo metieron de repente en la cocina, lo que provocó una estampida con gritos de pánico del personal y los instrumentos por el aire. Al día siguiente, el susto de muerte se convirtió en una diarrea colectiva que impidió el rodaje.
Napoleón, hoy con 57 años, también recuerda muy bien el chasco que se llevaron los críos, él incluido, cuando no llegó Míster Marshall: "Claro, los adultos sabían que todo era una película, pero nosotros creíamos totalmente que el americano iba a llegar de verdad".
El acto, organizado por el periódico local La comarca y el escritor colmenareño Víctor Matellano, terminó con la entrega de insignias de oro a los homenajeados y la proyección de la película.
Babelia
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