Domingo Ynduráin ingresa en la Academia con un discurso sobre la riqueza del 'Quijote'
Francisco Rico contesto al catedrático de Literatura, que ocupará el sillón 'a'
Domingo Ynduráin, catedrático de Literatura Española de la Universidad Autónoma de Madrid, ingresó ayer en la Real Academia Española, y ocupó, tras leer su discurso de ingreso acerca de El descubrimiento de la literatura en el Renacimiento español, el sillón 'a', que antes perteneció a Elena Quiroga. Ynduráin subrayó el valor revolucionario del Quijote, "que abrió camino libre a la exploración de mundos nuevos y hasta entonces ocultos, pues sitúa como objeto de la literatura la comprensión de los recovecos y contradicciones del alma- humana, las imaginaciones y fantasías de los hombres". En nombre de la institución le contestó Francisco Rico, que vistió frac y chaleco blancos.
El solemne acto de ingreso del catedrático en la Academia fue presidido por la ministra de Educación y Cultura, Esperanza Aguirre. Asistieron los duques de Soria y una veintena de académicos. Entre ellos -fue una de las noticias de la lluviosa tarde-, Camilo José Cela, que no suele acudir, y los nuevos miembros electos, Juan Luis Cebrián y Luis María Anson.Ynduráin fue escoltado hasta el estrado por Antonio Muñoz Molina y el marino Elíseo Álvarez-Arenas, todos ellos de riguroso frac de chaleco y corbata negros, como es tradicional en una casa tan llena de tradiciones como ésta. Al parecer, el duque de Alba, en su día, estableció esta costumbre, dado que se suponía que el nuevo académico vestía de luto en memoria y respeto del académico fallecido cuyo sillón pasaba a ocupar. Pues bien, la nota de color la puso ayer Francisco Rico, encargado de recibir "con alborozo" al nuevo miembro de la casa: Rico vestía impecables chaleco y corbata blancos.
El Renacimiento
En su discurso de ingreso, Domingo Ynduráin se ocupó de caracterizar la naturaleza del Renacimiento español dentro de sus conflictivas relaciones con la cultura clásica, atendiendo al ámbito jurídico, histórico, etcétera, y a sus relaciones con la creación artística.
Ynduráin señaló cómo la desconfianza que se produce entre algunos escritores hispanos respecto al legado de la antigüedad explica facetas significativas de nuestra literatura renacentista, en especial el conflicto entre las doctrinas que basan la creación literaria en la imitación de los modelos y aquellas otras que reclaman mayores libertades y exenciones; atendiendo también a la inadecuación que en la sociedad hispánica de la época se produce entre las teorías recibidas. y la realidad o la práctica directamente observada y vivida.
La conquista de esa autonomía o independencia se produce al mismo tiempo -y de manera solidaria- con otro proceso en el cual la literatura se va liberando de las cargas objetivas (morales o históricas) que condicionaban su sentido y valor, hasta constituir un ámbito específico y libre, regido por sus propias leyes.
El nuevo académico finalizó su discurso presentando la obra de Cervantes desde esta perspectiva, y señalando el campo que con el Quijote se abre a la literatura moderna, como poética de la inverosimilitud y de la ambigüedad; como discurso en el cual lo anómalo y lo subjetivo se constituyen en el centro de la creación literaria.
Recovecos del alma
"El Quijote", acabó diciendo el nuevo académico, "abre camino libre a la exploración de mundos nuevos y hasta entonces ocultos, pues sitúa como objeto de la literatura la comprensión de los recovecos y contradicciones del alma humana, las imaginaciones y fantasías de los hombres; crea un ámbito específico para la literatura que, al mismo tiempo, es y no es verdadera, se sitúa entre la realidad y el sueño".
Cervantes, en fin, "ha desplazado el interés de la literatura hasta centrarlo en las experiencias personales, sean las del escritor y el proceso de escritura, sean las de los personajes; tal cambio lleva consigo la implicación del creador en la obra de arte".
Babelia
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