Perdedores
Con las dos propuestas de OCM, España pierde siempre. El sistema de ayuda por árbol es negativo al ser sólo para 166 millones de árboles, cifra muy inferior a la real, en torno a los 250 millones. Las ayudas por árbol se podrían reducir más del 40%, lo que incentiva tener árboles sin cultivar y daña el empleo.La vía de la ayuda a la producción tampoco es aceptable ya que hay un gran potencial productivo por encima de 800.000 toneladas/año, frente a las 560.000 de media que maneja Bruselas. Es indispensable que aumente la cuota de producción comunitaria, ahora de sólo 1.350.000 toneladas. Es preciso corregir las cifras oficiales de producción de Italia (502.000), que no responden a la realidad y que provocan cada campana penalizaciones para todos los olivareros de la UE al superar la cuota de producción comunitaria. Ello supondría asignar a Italia una cuota muy superior a su producción real y a España mucho menos de su producción actual, lo que provocaría penalizaciones graves.
Ambas vías, apuestan por eliminar o limitar la política de compras de aceite en intervención por los organismos comunitarios y, en el mejor de los casos, por un almacenamiento privado. Eliminar, total o parcialmente, la intervención supone un grave riesgo para los precios cuando haya excedentes. Sería igualmente negativa la eliminación de la ayuda al consumo a efectos de promocionar la demanda y luchar contra el fraude. En ambas propuestas no se proclama una decidida posición contra la mezcla con grasas de semillas para evitar excedentes...
España tiene una posición clara: clarificar el sector y reformar sobre datos fiables.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.