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Avanza la posibilidad de censurar a la UE por la crisis de las "vacas locas"

La comisión de investigación rechaza aplazar el castigo

Bruselas parece más cerca que nunca de la moción de censura por la crisis de las vacas locas. La división del grupo socialista y la altanería de los diputados alemanes -que actúan como bloque nacional, dejando al margen las diferencias de grupo hizo ayer saltar por los aires un compromiso alcanzado la víspera por verdes, conservadores y socialistas para apoyar el aplazamiento de la moción de censura al mes de diciembre. La enmienda que propugnaba esa solución fue rechazada con el único apoyo de los tres diputados alemanes.

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, El rechazo de esa enmienda puede parecer un alivio para Bruselas, pero no lo es en absoluto. La ausencia de esa tercera vía puede impulsar a muchos diputados moderados a apoyar la moción de censura inmediata para no dejar sin castigo político lo que casi todos consideran ya una gestión desastrosa de la crisis de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB) también llamada enfermedad de las vacas locas.La comisión de investigación, ante la falta de consenso, acabó lavándose las manos y lanzando la patata caliente a sus jefes de filas. El texto aprobado no habla de censura: ni inmediata ni condicionada. Ahora serán los grupos políticos quienes tendrán que asumir el costo político de apoyar una censura contra Bruselas o de rescatar la moción condicionada pese a que los juristas han cuestionado ya su legalidad.

A estas alturas, sin embargo, ya nadie duda de que habrá censura. Lo que queda por ver es con cuántos apoyos se presentará y qué posibilidades tiene de salir triunfante.

El diputado belga Jose Happart tiene aseguradas ya las 63 firmas que necesita para convocarla de forma inmediata. Estas pueden ser muchas más si el grupo socialista no logra superar las actuales tensiones que alberga en su seno por esta cuestión.

La situación puede empezar a aclararse previsiblemente la próxima semana, cuando por primera vez se reúnan los socialistas en pleno -y el resto de grupos- para debatir el tema en serio. Las discusiones no van a ser del gusto de Pauline Green, británica y portavoz del grupo. Los laboristas no quieren ni oír hablar de provocar un conflicto con Bruselas que pueda acabar siendo rentabilizado electoralmente por los conservadores.

Detrás de todo este desconcierto planea la gran duda de cuál es el objetivo de los diputados alemanes, unidos en un sorprendente frente común que más irrita que impresiona al resto de sus colegas. Verdes, socialcristianos y socialistas alemanes se quedaron ayer solos cuando intentaron modificar con una enmienda de viva voz el texto que se había pactado la víspera. La iniciativa corrió a cargo de una diputada socialista alemana que dijo hablar en nombre de todo su grupo. El coordinador socialista se negó a asumir su enmienda. Lo propio hizo el ponente, el también socialista y español Manuel Medina. La enmienda pretendía suprimir la fecha de diciembre para la moción condicionada y dejaba las cosas en una inconcreta amenaza de censura sin fecha rija. El resultado es que la alusión a la moción condicionada acabó saltando del texto.

Algunos diputados ven en ese frente común alemán oscuras intenciones. Según unos, el canciller Helmuth Kohl ha dado órdenes de que se evite una censura inmediata de la Comisión de Jacques Santer. A cambio, Santer le habría ofrecido la cabeza del polémico director general de Agricultura, el francés Guy Legras, que cedería su cargo a un alemán. Otros ven lo contrario y piensan que Kohl quiere acabar haciendo caer a Santer pero sin que sean los alemanes quienes le empujen. Se trataría así de acabar con la tercera vía para provocar la censura inmediata.

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