Los expertos creen casi inevitables los conflictos al aplicar criterios contables en los Presupuestos

"Si la contabilidad de cualquier empresa es susceptible de ser maquillada, sin salirse de la ley, qué no se podrá hacer en la contabilidad nacional, que es extraordinariamente compleja" comenta el responsable financiero de la filial española de una: multinacional. Todos los expertos coinciden en que la contabilidad es una técnica: muy subjetiva, muy elástica. Así, el Tribunal de Cuentas viene señalando, año tras año, la existencia de un desfase que habitualmente ronda el billón de pesetas en la contabilización de las cuentas públicas debido ala aplicación de distintos criterios contables.

La explicación de esas irregularidades contables puede ser, según los expertos, puramente técnica y extremadamente compleja. No hay que olvidar, por ejemplo, que los costes de la expropiación de Rumasa no se han reflejado en los Presupuestos. Lo mismo puede decirse de las deudas de Renfe asumidas por el Estado, o gastos urgentes que se realizan con créditos extraordinarios. Cuando se desplomó la presa de Tous (Valencia) fue necesario comprometer a toda prisa una serie de obras de reparación, cuyo coste tuvo su reflejo presupuestario ¡ocho años mas tarde!"Parece evidente que el Gobierno anterior no ha hecho algo bien desde el punto de vista contable, que había partidas maquilladas. Pero eso no implica necesariamente que alguien se haya llevado un duro, como algunos intencionadamente insinúan", afirma Jaime García Añoveros, ex ministro de Hacienda con, UCD.

"Es cierto que en la Administración pública muchas veces se retrasan los pagos y que en otras ocasiones es necesario habilitar créditos extraordinarios que luego deben ser aprobados por el Congreso, algo que el último Gobierno del PSOE no tuvo tiempo de hacer. Pero el problema es que el último Ejecutivo socialista se gastó todo lo que pudo. No tuvieron la delicadeza -puesto que sabían que iban a estar un trimestre-, de gastarse sólo una cuarta parte del presupuesto", afirma el catedrático Pedro Schwartz.

Los técnicos piensan que la Intervención del Estado habla cuando le preguntan -como ha pasado- ahora, a iniciativa de Rodrigo Rato- y muchas veces sólo dice lo que le dejan decir. Por ejemplo, cuando hace pocos años analizó los criterios con los que se estaban formalizando las licitaciones de la Guardia Civil expresó que éstas eran irregulares. ¿Quién hizo caso? Luego se descubrió el pastel de Luis Roldán.

"Es necesario separar los aspectos técnicos del desfase presupuestario de lo que puede ser corrupción. La prueba del buen hacer de Solbes, que es un hombre muy ordenado, es que sólo haya 700.000 millones en discusión", dice García Añoveros. Medio billón es un 2%, algo fácil de negociar con la Comisión Europea,-según el ex ministro.

No falta quien considera una imprudencia airear a bombo y platillo los descubiertos compromisos presupuestarios no regularizados "cuando todo el mundo sabe que ésa es una práctica no sólo habitual sino en muchos casos inevitable en todos los países, comunitarios, y también en muchos Gobiernos autonómicos".

En cualquier caso, lo que sí podría achacarse a Solbes es que habló de rigor presupuestario con un control mensual y al final la Intervención ha encontrado desviaciones de más de 700.000 millones.

Emilio Ontiveros, consejero delegado de Analistas Financieros Internacionales, recuerda que "siempre una revisión del déficit público entraña el riesgo no sólo de perder los fondos estructurales de la UE, sino la confianza del mercado, lo que se puede traducir en el encarecimiento de la deuda (aumenta el precio, del riesgo-país) o de depreciación de la moneda". También aboga por imputar los gastos sobre el ejercicio de 1996 y no sobre 1995 como dice el PP para no perder fondos comunitarios.