_
_
_
_
Tribuna:EN LA MUERTE DE ÁNGEL CRESPO
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Uno de nuestros más necesarios poetas

Ángel Crespo, fallecido en Barcelona el pasado martes, ha sido ante todo un poeta, algo que por sí solo, sería bastante para definir su personalidad. Su obra, vasta y compleja, es la de un gran y riguroso trabajador, y adentrarse en ella produce asombro por su riqueza y diversidad. Poesía, traducción, ensayo, crítica, enseñanza, responden a una vocación de verdadero hombre de letras y humanista, que además de configurar un mundo coherente, le ha impulsado a amar y adentrarse en la producción de otros creadores. En primer lugar, Fernando Pessoa, del que ha sido traductor e investigador y quien mejor lo ha dado a conocer entre nosotros, así como Dante Alighiere, como acredita su valiosa traducción en verso de la Divina Comedia. Ha traducido también, entre otros, a Horacio, Virgilio, Petrarca. Una lectura a y fondo, la ha hecho también de otros muchos autores en libros y ensayos. Recordemos sus trabajos sobre El cantar de Roldan, Gíacomo Casanova, Sade, lord Byron, el duque de Rivas, Juan Ramón Jiménez.Es preciso recordar también su labor como profesor de literatura comparada, primero en la universidad portorriqueña de Mayagüez, como profesor invitado en universidades de Suecia, Holanda y Estados Unidos, y más recientemente, en la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. Ángel Crespo, manchego de nacimiento (Ciudad Real, 1926) y formado en Madirid, eligió Barcelona como su residencia en 1988, al jubilárse de la uníversidad puertorriqueña.

Tres días antes de morir, Ángel Crespo me comentaba la excelente acogida que había tenido en el mundo cultural catalán. La razon estaba en su gran receptividad y comprensión. Hombre abierto, comprometido políticamente cuando era preciso hacerlo, fue generoso con los demás, muy amigo de sus amigos, y muestra de su actitud abierta era la misma amplitud de sus conocimientos de los más, diversos idiomas, no ya del francés e inglés, obligados instrumentos de trabajo, y del portugués e italiano, como ha quedado, implícito, sino también de otros europeos, además del altoaragonés y el retorromanico, y también del catalán. No olvidemos su actividad como crítico de arte, muy intensa sobre todo antes de su partida a América. Hemos de volver, por último, a su propia poesía, su primera y última constante actividad creativa. 27 son los libros de versos que publicó. Su inquietud le llevó a participar en el postismo, en el movimiento vanguardista, de carácter surrealistizante, de los primeros años de posguerra y que promovía. Eduardo Chicharro. Aquel aliento ímaginativo ha permanecido en su obra poética, que se ha abierto también a otros ámbitos siempre con gran sensibilidad, penetración y profundidad. Su extensa obra poética la ha recogido también en diversas antologías: En medio del camino (1949-1970), El bosque transparente (1971-1981), El ave en su aire (1975-1984), y ya en 1904, Alianza Editorial ha publicado una breve Antología poética que constituye una valiosa introducción a una obra que, estamos seguros, le convierte en uno de nuestros mejores y más necesarios poetas.

J. Corredor-Matheos es poeta y crítico de arte.

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_