"Empezó bien, pero luego se politizó"
Camilo José Cela, Premio Nobel de Literatura, es uno de los escritores más galardonados de España. Recibió en 1984 el Premio Nacional de Literatura por su novela Mazurca para dos muertos. Ganó el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1987. La Academia Sueca le concedió el Nobel por su aportación "a los derechos propios de la imaginación" en 1989. Su último galardón fue el Premio Planeta en 1994, por La cruz de San Andrés.Pero el premio que seguía faltando en su palmarés era el Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes. Con motivo de la concesión del Planeta, el 15 de octubre de 1994, Cela dijo: "Siguen sin gustarme nada los premios literarios" y arremetió contra el Cervantes: "Está lo suficientemente desprestigiado y cubierto de mierda para que a mí me preocupe". Al día siguiente, en una rueda de prensa, criticó de nuevo el Premio Cervantes, aunque se mostró, algo más moderado que la noche anterior. En esta ocasión dijo: "El Cervantes empezó bien, pero luego se politizó. Es una pena. Lo aceptaría si me lo dieran, pero es probable que no aceptara el dinero, aunque quizá lo aceptara y lo diera a mi fundación y al Hospital General de Galicia".
Desde que fue creado por el Ministerio de Cultura en 1976, Cela ha sido. propuesto como candidato en varías ocasiones. Lo fue en 1983, cuando lo consiguió Rafael Alberti. También en 1984, pero se lo dieron a Ernesto Sábato. Quedó finalista en 1987, junto con Augusto Roa Bastos y Miguel Delibes, y el premio lo obtuvo Carlos Fuentes. El año siguiente los tres eran finalistas, pero el Premio Cervantes de 1988 fue para María Zambrano.
En 1989 el ministro de Cultura, Jorge Semprún, anunció una modificación del reglamento del Premio Cervantes, a consecuencia de la polémica desencadenada por su no concesión al entonces ya Premio Nobel. Las modificaciones consistían en que el ministro de Cultura no formaría parte del jurado, y que en que este órgano podría proponer candidatos que no figurasen en ninguna lista previa. Asimismo, aumentaba la dotación del premio, que actualmente se cifra en 15 millones de pesetas.
Pero, a pesar de ello, Cela seguía sin conseguir el Cervantes, un autor por el que siente fidelidad absoluta, como destacó en su brindis por la paz cuando recibió el Nobel. "Según Cervantes -otra vez y siempre Cervantes-",dijo, "el fin de la literatura es poner en su punto la justicia y dar a cada uno lo que es suyo, y entender y hacer que las buenas leyes se guarden".
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