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LA TRAGEDIA DEL TEATRO REAL

La gran lámpara se desploma sobre las butacas

La araña, de 2.700 kilos y varios metros de diámetro, destrozó asientos e hizo un gran boquete en el suelo

La gran lámpara de araña del teatro Real se desplomó el jueves sobre el patio de butacas. La lámpara, de 2.700 kilos de peso y con un volumen que ocupa un tercio del patio de butacas, se estrelló contra el suelo, provocando destrozos en muchos asientos y un gran boquete en el entarimado, que fue tapado rápidamente, en cinco horas. Éste es el último desastre conocido de un teatro que arrastra una incontable cadena de desgracias. Pasado mañana, martes, la ministra de Cultura, Carmen Alborch, tenía previsto, y de hecho no ha cancelado este acto, presentar a bombo y platillo -ante senadores, diputados y periodistas- la culminación de estas obras, que considera punto clave de su gestión. Ayer, un férreo cuerpo de seguridad impedía el acceso al Real.

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La lámpara, en cuya construcción intervino Pedro Tendero, famoso vidriero de mediados del pasado siglo, y posteriormente en su restauración, la Real Fábrica de Vidrios de la Granja, fue encargada en 1962. Su realización duró varios años y dio como resultado una araña de 2.700 kilos de peso, varios metros de diámetro y un volumen que ocupa un tercio del patio de butacas.La lámpara -considerada una joya en su género y que está tasada en 80 millones de pesetas- se precipitó al vacío el jueves, cinco días, antes de que bajo ella tuvieran que pasar diputados y senadores de las comisiones de Cultura y Educación, así como periodistas, acompañados por Carmen Alborch, que actuará de anfitriona de los visitantes el próximo martes. La ministra dará previsiblemente explicaciones sobre el accidente, ya que Cultura confirmó ayer que la visita no ha sido cancelada pese al percance. Francisco Partearroyo, último arquitecto de la reforma, tiene previsto detallar su trabajo, explicación a la que añadirá la de las causas del desplome de la araña.

La jefa de prensa de la ministra de Cultura, Marisa Blanco, tras confirmar y reconocer el accidente, ha señalado que las explicaciones se darán el martes, 21 de noviembre. Blanco encuadra lo ocurrido dentro del apartado de "la mala suerte".

Mutismo

Hasta este momento, el mutismo es total y Cultura ha dado órdenes estrictas de que "nadie" haga declaraciones. En el Teatro Real, el acceso está vigilado por varias personas que han recibido órdenes de que sólo puedan acceder los directores de las obras. Cualquier otra persona debe llevar un permiso por escrito, concedido por Cultura o por la empresa Huarte, responsable de la reforma del Real, cuya obra fue finalmente entregada a este ministerio el pasado 31 de octubre.Blanco añadió ayer que la rotura de la lámpara no afectará en nada al programa previsto: "No habrá problemas el martes, pues se está estudiando restaurar la lámpara o reemplazarla por otra". También destaca que no hay trastorno económico, ya que Huarte ha confirmado que la lámpara está asegurada, "por lo que no es un problema económico para el ministerio". No obstante, la empresa aseguradora, que va a iniciar una investigación, estudiará dónde están las responsabilidades del derrumbe y cuáles está dispuesta a asumir.

La constructora Huarte atraviesa en estos momentos Una complicada situación económica: arrastra deudas próximas a los 45.000 millones de pesetas. Hace algo menos de un mes contrató a un asesor financiero externo, el consultor británico Samuel Montagu, para diseñar un plan de reducción de deuda que alivie su situación. Además, Huarte está buscando socios que se hagan con parte de su capital. Las negociaciones con la constructora alemana Walter Brau parecen ser las más avanzadas.

La lámpara, una gran araña de varios metros de diámetro y 2.700 kilos de peso, mantenía un mecanismo de limpieza que permite bajarla. Al caer, estaba elevada a la misma altura que se tenía previsto dejar con público en el interior. El cable que sostiene la araña ha sido la causa técnica del accidente, ya que esté se había enganchado mal a los perrillos o pinzas que sujetan dicho cable, al romperse seis dientes del engranaje.

El primer arquitecto que estuvo al frente de las dos últimas reformas del Real José Manuel González Valcárcel, señaló en 1991 que se había cuidado especialmente la iluminación que tendría el teatro, incluida la lámpara central hoy destrozada: "Será incandescente, no fluorescente, ya que la fluorescencia se come los pigmentos rojos de la piel, dando un aspecto de lividez mortecina; sin embargo, la incandescencia da calidez, y todos, en especial las señoras con maquillaje, lo agradecen mucho".

La documentación sobre esta lámpara está depositada en el Archivo General de la Administración. El gremio de los vidrieros, que ya restauraron la lámpara hace cuatro años, tendrá que estudiar si es posible su recuperación, aunque personas que vieron los destrozos afirman que "tienen difícil solución".

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