"Un día triste"
"Un día triste, muy triste. Se cargarán la tumba". Así de contundente se mostró ayer el especialista en conservación catalán Eduard Porta, coordinador de la restauración efectuada en la tumba de Nefertari por la Fundación Getty entre 1985 y 1992. "Se abre al turismo por razones ajenas a la conservación; de hecho, la tumba debería permanecer cerrada para siempre. Se cerró en su momento porque las pinturas se caían. Las estaban destruyendo el polvo arrastrado por los pies de los turistas, y sobre todo su respiración, que elevaba la humedad en el recinto y formaba cristales de sal que empujaban las pinturas por detrás". El equipo de la Fundación Getty dejó la tumba completamente restaurada y estabilizada. "Recomendé a los egipcios que cerrarán con candado y tiraran la llave al Nilo", explica Porta. "Dicen que restringirán la entrada, pero eso es imposible; en cuanto empiecen las visitas va a ser 'maricón el último'; la tumba de Nefertari es un atractivo monumental de primer orden. Los colores de las pinturas, vivos, limpios, extraordinarios, no tienen punto de comparación con los de las del Valle de los Reyes, mucho más apagados".
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