El diseño busca la armonía en las formas y evita la frivolidad de los 80
45 firmas presentaron en Valencia las últimas tendencias
El diseño español ya no es un espectáculo, ni un grito, ni una estridencia. Los febriles años ochenta han dejado paso a unos noventa más reflexivos en los que los creadores rehúyen la frivolidad y buscan la armonía en las formas, el entendimiento entre forma y función. Diseñadores e industriales del sector mobiliario, reunidos hasta ayer en el SIDI de Valencia, con 45 firmas, dicen que el diseño español ha alcanzado la madurez. Corrección, rigor e inteligencia son la nueva identidad del producto español.
La primera edición del SIDI -Salón Internacional de Diseño del Equipamiento para el Hábitat- en 1984 en la Feria Internacional del Mueble de Valencia tuvo más de entusiasmo y de improvisación que de organización y despliegue de medios. Pasadas 11 ediciones, los organizadores recuerdan aquella primera cita como un éxito abrumador. Tal es así que el Salón del Mueble de París invitaron al SIDI a su edición del año siguiente.En esta larga travesía del diseño español varias de aquellas empresas pioneras que participaron en el SIDI han sido barridas, "víctimas de los últimos estertores de la crisis de los setenta o sacrificadas por la de los noventa", recordaban el año pasado los organizadores.
Este escaparate reservado la vanguardia que es el SIDI ha evolucionado. "Se ha abandonado la radicalidad de la forma en favor de una simbiosis entre forma y función", declara el diseñador valenciano Vicent Martínez, gerente de la firma Punt Mobles. En su opinión el diseño español ha ganado en profesionalidad, calidad y rigor. "Hay productos brillantes y sobre todo una gran corrección, esa es la palabra, corrección", prosigue Martínez.
Carmen Llopis, directora del Salón, abunda en las palabras del creador valenciano: "El diseño no es cualquier cosa estridente que no sirve. Las gente tiene que arrancarse de la cabeza esa tópica idea de que cualquier objeto loco es diseño". "Por definirlo de alguna manera", tercia Martínez, "han dejado de aparecer los gritos y las estridencias". Esta vuelta a la armonía en las formas, a la sencillez, a los materiales y colores naturales triunfa no sólo en España sino en el resto del mundo. El Hig-Tech ha dado paso a lo étnico, a lo ecológico.
Nani Marquina, diseñadora catalana, superviviente de los alocados y febriles años ochenta, se refiere a su doble condición de diseñadora y gerente de su firma editora. "Somos los mártires del diseño, la cualidad de empresario la hemos adquirido por accidente, porque somos los que más creemos en este trabajo. Lo que pasó en los años ochenta era muy lógico. Sufrimos un cierto empacho y no se supo digerir bien".
Para Josep Maria Tremoleda, diseñador de la firma de Barcelona Mobles 114, después de años de grandes esfuerzos imaginativos, de definir cuál era el escenario y, gracias a la dureza de la crisis, la vanguardia ha iniciado el camino hacia la madurez. "Esto se aprecia en la mayor serenidad del producto y en la mejor posición de las empresas españolas".
Babelia
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