Greenpeace ocupa la plataforma que la Shell quiere hundir frente a Escocia
La pugna por el futuro de la plataforma petrolera Brent Spar, propiedad de la multinacional holandesa Shell, ha adquirido proporciones de auténtica batalla naval. Dos activistas de Greenpeace la abordaron el pasado viernes desde un helicóptero, y no piensan marcharse.Aterrizar no les fue fácil. El primer intento tuvo que ser abandonado cuando los remolcadores alquilados por la compañía dispararon sus cañones de agua. La segunda vez el comando logró su objetivo antes de una nueva andanada, El grupo ecologista asegura ahora que los dos voluntarios tienen reservas para aguantar vanos días.
En Alemania cuatro gasolineras de la Shell han sido hasta ahora objeto de atentados, que el grupo ecologista se ha apresurado a condenar.
La multinacional ha dicho que seguirá remolcando las instalaciones para hundirlas, la próxima semana, frente a las costas de Escocia. Mientras, en Canadá, dicha operación ha provocado ya un roce diplomático entre el primer ministro británico, John Major, y su homólogo germano, el canciller Helmut Kohl.
En la reunión del grupo de países más industrializados, G-7, un fugaz pero intenso encuentro personal sirvió de poco. El mandatario británico rechazó una propuesta germana de paralizar la inmersión de las instalaciones en el océano. Sus expertos le han asegurado que es la forma menos dañina de desprenderse de ellas. Kohl le replicó, sin éxito, que así ofendía a la opinión pública intemacional. Major se mantuvo firme y la partida quedó en tablas. Suecia pidió ayer a la Shell suprimir la inmersión.
Boicoteo
Ayer grupos de ecologistas bloquearon las estaciones de servicio gestionadas por la Shell en el Reino Unido. Los conductores que se acercaban a repostar eran invitados. a comprar gasolina en la competencia. Esta campaña, llevada también a cabo en el continente, ha provocado pérdidas económicas reconocidas por la propia multinacional: cifras oficiales hablan de 1.700 millones de pesetas sólo en Alemania.Greenpeace afirma que la plataforma puede ser destruida o desechada en tierra. Á pesar de ello, la Shell mantiene intactos por ahora sus planes para el hundimiento. El arrastre de la plataforma debe culminar, si el tiempo lo, permite, el próximo martes. Una vez situada a unos 200 kilómetros al noroeste de las islas Ébridas, varias cargas explosivas reventarán las boyas que la sustentan. Sus casi 15.000 toneladas irán aparar entonces a más de 2.000 metros de profundidad en el Atlántico. Antes de sumergirla, la Shell tendrá que desalojar a los dos miembros de Greenpeace.
El mes pasado 23 activistas de Greenpeace permanecieron durante 23 días a bordo de la plataforma. La policía y los servicios de seguridad de la Shell se encargaron de echarles.
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