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HISTÓRICA SENTENCIA EN CHILE

"Algo que no llame la atención"

La sentencia dictada por la Corte Suprema considera probada sin asomo de duda la partipación culpable de Manuel Contreras y Pedro Espinoza en el asesinato de Orlando Letelier, y de su secretaria Ronni Moffit, de nacionalidad estadounidense, ocurrido el 21 de setiembre de 1976 en el barrio diplomático de Washington. Los cinco magistrados, dos nombrados por el general Augusto Pinochet y tres por los presidente Patricio Aylwin y Eduardo Frei, fueron unánimes al calificar de "inverosímiles" las versiones de los procesados sobre los diferentes viajes efectuados por sus dos agentes, el chileno Armando Fernández Larios, ex-oficial del Ejército, y el ciudanano norteamericano, Michael Townley, que entraron en EE UU con pasaportes falsos y fueron ayudados en la preparación del atentado por una organización anticastrista. Ambos confesaron su participación ante la justicia estadounidense y afirmaron haber recibido de Contreras y Espinoza la misión de asesinar al ministro de Allende, activo opositor de la dictadura en el exilio.El fallo observa en la premeditación del atentado cuatro elementos esenciales: resolución de cometer un delito, un intervalo de tiempo entre tal resolución y la ejecución del hecho, persistencia durante dicho intervalo de la voluntad de delinquir y la frialdad y tranquilidad de ánimo de los organizadores. Los magistrados, contrariamente a la argumentación de Contreras de que la DINA no tenía motivos para atacar a Letelier porque no era un extremista, coinciden con el dictamen de primera primera instancia en el sentido de que existían motivos suficientes para considerar a Orlando Letelier un temible enemigo: el ex-canciller efectuó un campana propagandística, en el extranjero destinada a lograr el aislamiento político, económico y cultural del país, y la interrrupción de las inversiones hacia Chile.

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En la sentencia, explicada en 26 folios, los jueces consideran que "en los acontecimientos que culminaron con la muerte de Letelier no les cupo participación, ni personal, ni institucionalmente, a las más alta autoridades del Gobierno de la época, ni del ejército [presididos por Augusto Pinochet], pero no excluye la participación de nadie más". El pronunciamiento judicial afirma que Michel Towley fue inducido para la ejecución del atentado antes que forzado o coaccionado moral o psíquicamente puesto que desde un principio estuvo de acuerdo y aceptó ser el ejecutor directo. El coronel Espinoza le preguntó si estaría dispuesto a viajar a EE UU con la misión de asesinar a Letelier: "¿Cree usted que es capaz de llevarlo a cabo..., de modo que se vea como algo que no llamara la atención?".

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