ETA asesina de un tiro en la nuca a Gregorio Ordóñez
El líder del PP en Guipúzcoa, abatido por un encapuchado cuando almorzaba en un bar donostiarra
Un encapuchado se acercó por detrás a Gregorio Ordóñez, teniente de alcalde de San Sebastián por el PP, mientras almorzaba ayer en un bar de la capital donostiarra con María San Gil, secretaria del Grupo Popular, y otros dos colaboradores. "Vi que pasaba la mano por encima de Enrique Villar y apoyaba una pistola sobre la cabeza de Gregorio", recuerda María San Gil, quien creyó que todo era una broma. "Lo siguiente fue un ruido seco yvi que un borbotón de sangre le salió a Gregorio por el pómulo izquierdo. Entonces supe que no era una broma". El asesino le atravesó la cabeza de un solo disparo. San Gil salió dando gritos tras el terrorista, pero no pudo alcanzarle. Ordóñez, de 36 años, había renunciado a la escolta, pese a haber sufrido amenazas y dos intentos de atentado. Su madre, Consuelo Fenorral, comentó en alguna ocasión que su hijo decía la verdad sin tapujos "y por eso algún día le van a matar".
Fuentes de la lucha antiterrorista sospechan que el comando que asesinó a Ordóñez es el que el 15 de diciembre mató a Alfonso Morcillo, sargento de la Policía Municipal de San Sebastián.Ordóñez se encontraba almorzando sobre las 15.30 en el bar La Cepa, en la parte vieja donostiarra, cuando una persona con el rostro oculto se acercó, se colocó en posición diagonal, hizo un solo disparo y salió huyendo. El concejal estaba acompañado de los dos secretarios del grupo del PP, María San Gil y Enrique Villar, y una funcionaria del Ayuntamiento.
San Gil recordaba: "Se armó un enorme revuelo, y una persona que había estado hablando con nosotros, un médico de Palma, se acercó hasta Gregorio". "Sin pensarlo, salí corriendo detrás de la persona que había disparado, insultándole. A la altura de la máquina del tabaco me paré. Cuando me volví, Gregorio estaba inuerto", añadió con ojos llorosos. Los intentos del médico por reanimarle fueron infructuosos, y la víctima ya había fallecido cuando llegaron los servicios de asistencia sanitaria al local, en la calle 31 de Agosto.
Casi tropieza en la huida
Uno de los clientes del bar vio cómo "el que disparó casi tropieza en el suelo en su huida, porque estaba mojado y se le veía muy nervioso". "Pero, si me lo ponen delante, sería incapaz de identificarlo, porque llevaba una capucha roja sobre la cabeza", añade. Nadie en el bar se extrañó de que llevara cubierta la cabeza, ya que estaba lloviendo.
A los pocos minutos, la secretaria del Grupo Popular, con la que Ordóñez compartía clases de euskera en el Ayuntamiento, se dirigió con otras personas a casa de la viuda de Ordóñez, Ana Iríbar. Los Familiares de San Gil creyeron al principio que a ella también la habían matado.
El cuerpo de Ordóñez estaba ya cubierto con un mantel cuando llegó la Ertzaintza. En el local había muy pocas personas en el momento de producirse el asesinato, según la policía autonómica, a la que avisó uno de los empleados. Ninguno de los empleados fue capaz de relatar lo sucedido. La policía recogió un solo casquillo de bala del calibre 9 milímetros parabellum.
El asesino fue descrito por los testigos como una persona de unos 30 años, fuerte y de 1,70 metros de altura. El terrorista tropezó en su huida con uno de los clientes del bar. Con evidente nerviosismo, siguió corriendo hacia la basílica de Santa María.
La policía cree que el asesino es un antiguo miembro de Jarrai, las juventudes de la coordinadora KAS, que años atrás formó parte de la infraestructura legal (no fichada) del comando Donosti junto con otro correligionario liberado (a sueldo). Fuentes policiales sospechan que en ETA hay cierto "descontrol" a causa de la división interna de la organización, en la que está intentando imponerse un sector juvenil muy radical.
Ordóñez nació en Caracas, estaba casado y tenía un hijo de ano y medio. El asesinato del edil, cuyo carisma había conseguido situar a su partido como primera fuerza de la ciudad, produjo una gran conmoción.
Ordóñez no solía ir a casa para comer. Era frecuente verle por los bares de la Parte Vieja donostiarra, próxima al Ayuntamiento, tomando unos pinchos o un bocadillo. Ayer por la mañana participó en un programa de radio en el que estuvo hablando sobre los GAL y después estuvo trabajando en el Ayuntamiento hasta las tres, cuando se dirigió a La Cepa para comer.
"He oído un ruido seco, pero todavía soy incapaz de creerme que ese sonido haya sido el de un disparo", indicó una de las empleadas de un establecimiento próximo. La consternación y la indignación era palpable entre los vecinos. "Yo soy nacionalista y no estaba de acuerdo con muchas de las cosas que decía Ordóñez, pero no se puede matar a nadie por sus ideas", señaló una vecina.
Recuerdo de Enrique Casas
El socalista Fernando Múgica Herzog comparó la muerte del concejal del PP con la del senador socialista Enrique Casas, asesinado hace 12 años por los Comandos Autónomos Anticapitalistas: "Tengo la misma sensación de asco y repugnancia que sentí aquel día cuando esa cuadrilla de asesinos que puebla este país mató a Enrique Casas".
Todos los concejales del Ayuntamiento donostiarra, excepto los de HB, acompañaron bajo una incesante lluvia al féretro con los restos mortales de Ordóñez desde el bar La Cepa hasta la casa consistorial. La junta de portavoces municipales aseguró ayer que Ordóñez ha sido asesinado por "sus profundas convicciones y firmeza democrática".
La bandera de San Sebastián ondeará a media asta y con crespón negro en el Ayuntamiento donostiarra, que declaró tres días de luto oficial. Todos los partidos convocaron a los ciudadanos a un paro de cinco minutos para el mediodía de hoy y pidieron a todos los ayuntamientos vascos que secunden esta medida. HB se excluyó de todos estos actos y manifestaciones.
La capilla ardiente con los restos mortales fue instalada en el salón de plenos del Ayuntamiento entre aplausos al féretro y gritos de "ETA asesina". La corporación ha pedido a los vecinos que se concentren a las 18.30 de hoy en Alderdi-Eder para ir en manifestación hasta el lugar donde se van a celebrar los funerales. El Parlamento vasco ha convocado hoy un pleno extraordinario en el que se cubrirá con un crespón negro el escaño del asesinado y se guardará un minuto de silencio.
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