Personalidades catalanas reaccionan con cautela a la carta de la Academia, pero la creen desproporcionada
El secretario de la RAE afirma que el informe defiende el bilingüisino
Personalidades catalanas como el presidente Jordi Pujol, el académico Pere Gimferrer y el Presidente del Institut d'Estudis Catalans, Antoni Badia Margarit, coincidieron ayer en evitar ataques frontales a la carta del director de la Real Academia, Fernando Lázaro Carreter, al presidente Felipe González, en la que se pide más protección al castellano en las comunidades bilingües. Las opiniones catalanas, pese a su tono sereno, destacan que el informe de la RAE es de un alarmismo desproporcionado y no responde a la situación en Cataluña.
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, señaló ayer en rueda de prensa: "No he podido estudiar el tema en profundidad y es tan importante que prefiero hablarlo antes con Guitart [el consejero de Cultura]". Pujol añadió: "Nosotros no presionamos a nadie", y en relación con Fernando Lázaro Carreter, comentó: "No me arrepiento de haberle concedido la medalla Blanquerna".El escritor y académico Pere Gimferrer declaró a EL PAÍS: "Quiero aclarar que no estaba presente ni en la redacción ni en la aprobación de la carta. Hubiera podido sugerir algunas matizaciones y, en caso de no prosperar alguna que juzgase importante, habría podido acogerme al reglamento, que permite a un académico salvar su voto".
"Estoy de acuerdo en que tiene que haber un bilingüismo sin diglosia, lo que pasa es que la gente interpreta que es respecto al castellano, pero no lo dice así la carta. Creo, en todo caso, que hay una diglosia que perjudica al catalán más que al castellano y que, en consecuencia, es perjudicial para los catalanohablantes, y debe ser subsanada según el espítritu y la letra de la Ley de Normalización Lingüística. En cuanto a la televisión, mi punto de vista es que si se pide una cuota de castellano para las privadas, puede pedirse también una cuota de catalán. Quizás no es la intención del texto, pero es perfectamente argumentable a partir de la idea del bilingüismo sin diglosia".
Antoni Badia Margarit, presidente del Institut d'Estudis Catalans, anunció a este diario que el próximo día 18 se reunirá la sección filológica del Institut y se hará un comunicado. Hasta el momento, Badia sólo quiere hacer declaraciones a título personal. "El texto", dijo, "me parece muy desproporcionado; yo creo que lo es, por ejemplo, cuando se advierte de la existencia de 'tensiones desgraciadamente perceptibles".
El director general de Política Lingüística de la Generalitat, Miquel Reniu, declaró a Catalunya Ràdio que: "Se trata de una carta que pretendidamente apela a la convivencia, pero curiosamente sólo hace referencia a los derechos de una parte. En, un párrafo dice que se han de determinar las situaciones en que se ha de utilizar la lengua común. ¿Qué quiere decir? ¿Saltarse lo que es el sistema de competencias?". El diputado de Iniciativa Ignasi Riera aseguró que la posición de la Academia demuestra que es "un cadáver viviente".
Josep Lluís Carod-Rovira, portavoz del grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya, afirmó en un comunicado: "La carta es un documento claramente político y en ningún momento puede pasar por un texto científico ni, obviamente, neutral. Es un texto a favor del mantenimiento y fortalecimiento de los privilegios históricos del castellano".
La carta fue elaborada en tres sesiones plenarias y aprobada por unanimidad, "una unanimidad cordial, sin tensiones", según el secretario de la institución, Víctor García de la Concha.
La Real Academia pretende establecer una convivencia pacífica de todas las lenguas en el plano de los principios generales, y no en la aplicación de las normas, según García de la Concha.
Un "bilingüismo sin diglosia", es decir, sin que una lengua tenga privilegios sociales o políticos, es lo que propone la RAE, según García de la Concha. "Que sea real y efectivo un bilingüismo sin diglosia, sin predominio de una lengua sobre otra", dice. El académico Gregorio Salvador aporta el sesquilingüísmo, "la capacidad de utilizar una lengua y entender la otra", como fórmula de entendimiento. Salvador afirma que los problemas son de las personas, no de las lenguas.
Babelia
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