El régimen castrista abre su economía al autorizar un mercado libre campesino

Las autoridades cubanas dieron ayer luz verde a la creación de un "mercado agropecuario" que se regirá por las leyes del mercado y donde los campesinos podrán comercializar libre y directamente sus productos entre la población sin contar con el Estado. La medida pretende incrementar la producción de alimentos mediante la estimulación a los campesinos momentos en que la escasez de comida es considerada por el Gobierno de Fidel Castro como el principal "problema político, militar e ideológico" del país.

La decisión del régimen castrista es quizá la reforma más importante y profunda adoptada dentro del proceso de apertura económica que inició el verano del año pasado. El "mercado agropecuario" tiene muchas similitudes con el "mercado libre campesino", que existió en Cuba hasta 1986, cuando fue eliminado por ser considerado un germen del capitalismo dentro del socialismo. Pero es incluso más amplio, pues permite a todos los productores del campo, incluidas granjas estatales y del Ejército, cooperativas, campesinos privados y hasta a "los productores en patios y parcelas pequeñas" de las ciudades, concurrir en este mercado y vender alimentos a los precios que ellos establezcan libremente. Antes, sólo los campesinos privados podían vender en el mercado libre campesinos, a pesar de que el 79% de las tierras son del Estado.El decreto, del Consejo de Ministros de Cuba que legaliza el "mercado agropecuario" fue publicado ayer por el rotativo comunista Granma. La medida establece que todos los agricultores podrán comercializar sus productos en dicho mercado, una vez hayan cumplido con sus compromisos con el Estado, bajo el principio de que "a mayor producción, más podrán vender", cuyo propósito es incrementar las hasta ahora deficitarias entregas al Estado y, a la vez, incentivar a los campesinos para que produzcan más y en su propio beneficio.

Intermediarios

Las autoridades cubanas legalizan también, aunque de forma indirecta, la figura del intermediario, hasta ahora perseguida, al permitir que las empresas estatales, cooperativistas y campesinos particulares "designen" a sus "representantes vendedores", que serán quienes comercialicen los productos en los establecimientos que el Estado habilitará a partir del 1 de octubre en todos los pueblos y ciudades del país.

El nuevo "mercado agropecuario" permite además la "compraventa y prestación de servicios" y que "los productores o sus representantes puedan vender los productos agropecuarios naturales o elaborados a la población", lo que, de hecho, supone poner fin al monopolio estatal.

El decreto, considerado en medios diplomáticos como "un paso muy importante y positivo", superó las expectativas de la mayoría de los observadores, que en el último mes han seguido los primeros experimentos del mercado agropecuario en La Habana y en otras capitales de provincia. "SI se aplica hasta sus últimas consecuencias, esta medida podría resolver, a corto plazo, una de las principales necesidades de los cubanos: la alimentación", decía un diplomático europeo.

El decreto gubernamental establece limitaciones como la prohibición de vender carne de vaca y de caballo, leche fresca, café, tabaco, cacao y arroz, y prevé la imposición de multas a los productores que no cumplan con las entregas al Estado.

Por otro lado, el canciller mexicano, Manuel Tello, firmó el martes en La Habana un importante acuerdo económico que convierte a México en el principal inversor extranjero en Cuba. El acuerdo implica una inversión de 200 millones de dólares (unos 25.000 millones de pesetas) en la refinería de petróleo de Cienfuegos y la constitución de una empresa mixta cubano -mexicana, para refinar crudo de México en la isla.