La restauración del castillo de Windsor incluirá diseños, totalmente nuevos

La restauración del castillo de Windsor, destruido en parte por un incendio en noviembre de 1992, será respetuosa con el original, pero incluirá toques modernos. Cuatro de las nueve salas devastadas por las llamas serán rediseñadas por Sidell Gibson, un equipo de arquitectos que cuenta con la aprobación del duque de Edimburgo, esposo de la reina Isabel II . El príncipe de Gales, que no esconde su rechazo a la arquitectura de vanguardia, está incluido en la comisión que ha aprobado el proyecto de recuperación. Los trabajos deberán concluir hacia 1998 y su coste rondará los 8.000 millones de pesetas.

Las salas Stuart y Holbein, la capilla privada de la familia real, donde comenzó el fuego y el techo y la sala denominada East Screen, del hall San Jorge adquirirán un aspecto totalmente distinto. Las otras estancias daña das recuperarán el que tenían antes del siniestro. Portavoces del palacio de Buckingham señalaron ayer que los arquitectos escogidos son conocidos por su rigor y amor por la conservación. Precisamente, uno de sus últimos trabajos ha consistido en diseñar el nuevo espacio que alberga las joyas de la corona, en la torre de Londres. Esta, originalmente de madera, fue reemplazada por una construcción de piedra hacia 1077.Erigido sobre una colina que domina el Támesis a unos 20 kilómetros de Londres, el castillo de Windsor ha sido la residencia favorita de la familia real. La actual dinastía tomó de ahí su apellido a principios de siglo -antes se llamaba Hannover- para afirmar su identificación con el espíritu inglés. Isabel II suele pasar allí los fines de semana. El enclave ha sido objeto de ampliaciones y reconstrucciones desde que el normando Guillermo el Conquistador aprovechara el lugar para cazar.El actual edificio carecía de seguro, como las demás posesiones reales. Las primas exigidas por las compañías aseguradoras son demasiado altas y los palacios, castillos, obras de arte y joyas de la familia Windsor se consideran patrimonio nacional. Cuando en 1992 la columna de humo salida de Windsor podía verse a más de 20 kilómetros de distancia se empezó ya a pensar en quién correría con los gastos de la reconstrucción.

Según fuentes de Buckingham, el 70% de los costes saldrá de lo que pagan los turistas que visitan tanto este palacio como el castillo de Windsor. La entrada cuesta ocho libras (1.600 pesetas). El 30% restante lo pondrá el Estado.

A pesar de los gravísirnos daños sufridos por Windsor, la rápida acción de bomberos, policías y personal de la casa evitó una catástrofe artística. El lugar no sólo posee una capilla gótica construida entre 1475 y 1525. Puertas, patios, salones, bóvedas y escalinatas presentan toda clase de trabajos artísticos. Entre sus colecciones figuran cuadros de la escuela inglesa y de las grandes escuelas europeas. También hay armaduras, tapices, porcelanas, lámparas y esculturas. Sin olvidar la famosa biblioteca que guarda dibujos de maestros como Leonardo da Vinci. Aunque la mayor parte pudo salvarse, las pinturas, por ejemplo, fueron remitidas de inmediato a los restauradores para evitar daños irreversibles.Para Isabel II, el incendio llegó en un pésimo momento. En 1992 celebraba sus 40 años de reinado y el acto revistió solemnidad y contó con el calor popular. El resto de su familia, sin embargo, no pudo mantener la sonrisa. Los duques de York, Andrés y Sarah, anunciaron su separación matrimonial. Carlos y Diana, príncipes de Gales, por su parte, se distanciaron definitivamente. Y la princesa Ana obtuvo el divorcio del capitán Mark Philips. Un annus horribilis como la propia reina acabaría definiéndolo.La polémica del Liceo

Actualmente en España un edificio emblemático como el Liceo de Barcelona está pendiente de ser reconstruido después de que un incendio lo devastara el pasado 31 de enero. El proyecto de reconstrucción, a cargo de un equipo de arquitectos capitaneados por Ignasi de Solá-Morales, será presentado el mes de julio, informa Lourdes Morgades

La cosigna que ha recibido Solá-Morales de las administraciones -Ministerio de Cultura, Generalitat de Cataluña, Ayuntamiento de Barcelona y Diputación-, que en un mes serán definitivamente propietarias del teatro, en manos privadas durante casi 150 años, es la de reconstruir el teatro como era antes del incendio, introduciendo todas aquellas innovaciones necesarias para que sea un teatro de ópera moderno. El coste de la reconstrucción se estima en 10.000 millones de pesetas y se espera que esté terminada a fines de 1997, coincidiendo con el 1500 aniversaro de su inauguración.

La reconstrucción del Liceo desató pocos días después del incendio una polémica entre arquitectos y artesanos. Los primeros sustentaban que era imposible reconstruir la sala del teatro, considerada como una de la más bellas del mundo, tal y como era antes del siniestro porque los artesanos había desaparecido. Éstos contraatacaron asegurando que la numerosas restauraciones de edificios antiguos en Barcelona habían hecho renacer las técnicas artesanales.