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Sólo uno de cada tres filmes subvencionados en Cataluña recaudaron la ayuda recibida

La Generalitat ha invertido en siete años más de 1.300 millones en cine

La Generalitat de Cataluña ha invertido entre 1986 y 1992 un total de 1.316 millones de pesetas para subvencionar filmes en catalán. Un proyecto -construir una cinernatografía catalana- del que ha salido algún éxito -Qué t'hi jugues, Mari Pili? o Boom, boom-, pero, sobre todo, sonados fracasos. Sólo 27 de las 82 películas a las que el Gobierno catalán ha concedido ayudas durante estos años han conseguido después recaudar en taquilla una cantidad al menos igual a la de la subvención recibida. 11 de esas 82 películas ni siquiera han sido estrenadas.

De hecho, el grueso de esta estadística que configura el panorama del cine catalán lo forman 29 películas. (el 35,3% del total) que ni siquiera llegaron a recaudar en España la mitad de lo que la Generalitat les dio. Parque Jurásico, récord de taquilla, recaudó 2.500 millones en España. ¿La media de los filmes catalanes? 17,5 millones. No se trata, como se ve, de grandes magnitudes. Una película catalana ha recibido, como media, una ayuda de la Generalitat de unos 17 millones [para esta estadística no se ha computado la ayuda recibida del Ministerio de Cultura, que la agravaría].Que durante este periodo de tiempo sólo 27 películas hayan podido alcanzar en taquilla el mismo dinero que recibieron revela, según reconocen todos los profesionales del sector, el profundo divorcio que se ha producido entre el público y el cine catalán. La Generalitat admite la "fragilidad" del sector.

En este contexto, el cineasta Antoni Ribas, que mantiene una protesta ante la sede de la presidencia de la Generalitat por no haber recibido subvención para su último e inconcluso filme, ha denunciado públicamente que la Generalitat, y TV-3 practican el "amiguismo" en la concesión de ayudas. En su denuncia cita que tanto la productora Cyrk, del presidente de la Asociación de Productores, como la del presidente del Col.legi de Directores, Fair-Play, han sido beneficiadas con la adjudicación de dos series de TV-3 de 100 y 60 millones, respectivamente, al margen de subvenciones para sus proyectos cinematográficos. Ribas denuncia que se adjudicaron sin ajustarse a las condiciones del concurso. Fuentes de TV-3 han manifestado que los criterios de selección han sido profesionales y las condiciones puramente orientativas y la productora Fair-Play ha exigido un acto de conciliación en los juzgados para que Ribas rectifique. Los socialistas han exigido en el parlamento catalán más transparencia en los criterios de reparto de subvenciones.

El divorcio público-cine es un dato constatado por todo el sector. Carles José Solsona, economista, realizó el pasado año un estudio en el que, entre otros aspectos, se pone de manifiesto una curva descendente de espectadores del cine catalán. En 1982, 6,5 millones de personas acudieron a ver cine catalán.

En 1985, un año antes de iniciarse la política de subvenciones de la Generalitat, la cifra había bajado hasta 4.865.555. En 1991, sólo 882.000 personas vieron en España cine catalán.

Francesc Bellmunt, presidente del Colegio de Directores y Directoras de Cinema de Cataluña, admitía recientemente que las cosas no se han hecho del todo bien: "En estos últimos años, el cine catalán ha dejado un poco de lado el aspecto cornercial". "La Generalitat ha llevado a término hasta ahora una política cinematográfica ineficaz y negativa", afirma.

El ya citado informe de Carles José. Solsona revela que desde principios de los años setenta hasta hoy sólo seis productoras catalanas -y algunas de ellas ya históricas- realizaron más de 20 filmes.

En este mismo periodo de tiempo, 74 empresas tuvieron una vida breve: sólo una película en su haber.

Productoras estables, productoras fuertes. Pere Fages, presidente de la Asociación de Productores Catalanes, ha defendido con fuerza una nueva política basada en la consolidación de una industria estable. "Se tienen que buscar fórmulas de financiación, incentivos que permitan realizar un cine competitivo", dice Fages.

La Generalitat ha defendido en este último año ante los colegios profesionales de productores y directores un cambio de política basado en tres puntos: coproducción con la televisión autonómica, fomento de las productoras estables, y ayudas de la Generalitat. El principio del cambio es, según afirman fuentes del Gobierno autónomo, acabar con la "política repartidora", que ha fomentado la aparición de productoras efímeras.

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