Londres y Madrid se proponen seguir bloqueando la ampliación de la UE

Los Gobiernos de Felipe González y de John Major seguirán bloqueando hoy la adhesión de cuatro nuevos países -Austria, Finlandia, Suecia y Noruega- a la Unión Europea, con su propuesta de mantener el actual sistema de votación en el Consejo de Ministros, que permite impedir una decisión siempre que se pongan deacuerdo dos países grandes y uno pequeño. En cambio, el contencioso entre Noruega y España sobre la pesca, que hizo fracasar las negociaciones de adhesión hace una semana, tiene todos los visos de quedar resuelto, por lo que se espera que el Gobierno de Oslo cierre hoy su acuerdo, al igual que hicieron hace 15 días Austria, Suecia y Finlandia.

Superado ya en 15 días el plazo inicial para la terminación de la adhesión, mañana quedará muy probablemente como último y definitivo escollo la espinosa cuestión de los votos, que puede conducir a la convocatoria urgente de una cumbre europea. Según portavoces de Londres y de Madrid, ninguno de los dos Gobiernos abandonará hoy sus argumentos contra el incremento del número de votos necesarios para la llamada minoría de bloqueo desde los actuales 23 hasta 27, consecuente al ingreso de los cuatro nuevos y al aumento del número de votos en el Consejo, de 76 hasta 90.Para el conservador y euroescéptico John Major, la aceptación de los 27 votos sería motivo de división en su partido, donde el ala más antieuropea amenaza con convertirlo de nuevo en un casus belli en la medida en que la nueva aritmética facilita la toma de decisiones y la unificación europea. Pero también es motivo de división consigo mismo, en la medida en que el Gobierno británico ha sido un abogado incansable en favor de la ampliación y puede ser ahora su verdugo.

Para el socialista y europeísta Felipe González es un buen aglutinante en un momento de profunda y continuada crisis política. Le asisten razones legítimamente europeístas, como que la ampliación no puede hacerse a costa de una profundización imprescindible cuando los socios se agolpan en la entrada del club. La proximidad de las elecciones europeas y del congreso de su partido le llevan, además, a no moverse un ápice de su posición de fuerza, pese a la presión casi insoportable que está sufriendo de Alemania y los consejos de Francia y del presidente de la Comisión, Jacques Delors. Si lo hiciera, además, suscitaría un duro castigo de la oposición.

Todo indica, en cambio, que el contencioso pesquero se cerrará hoy. La primera ministra noruega llamó el sábado a González para ultimar detalles. España podría obtener el compromiso, por un anejo a los tratados de adhesión, de adelantar al 1 de enero de 1995 el fin del periodo transitorio del régimen de pesca, avanzando ocho años la plena incorporación del sector a la política común de pesca. Varios países -como Irlanda, Reino Unido, Francia y Dinamarca- lo han impedido hasta ahora.

Noruega está también dispuesta a realizar concesiones en bacalao ártico en su zona exclusiva, en Svalbard (aguas internacionales bajo administración noruega) y en aguas canadienses, donde Oslo cuenta con derechos de pesca. La Comisión estudia también la compra de derechos de pesca en la zona rusa del mar de Barents.

Todo junto puede resolver buena parte de la reivindicación española de 14.000 toneladas de bacalao, la mitad por derechos históricos, mantenidos hasta la expulsión de sus pescadores de las aguas noruegas en 1981, y la otra mitad por participación de Oslo en la política de cohesión.

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