Lluvia de balas en la carretera
La intensa lluvia de disparos comenzó a salpicar el asfalto de la carretera. Después, los impactos se escucharon resonantes en la carrocería de los vehículos. Era como una fuerte granizada. El Volskwagen blanco que encabezaba la caravana de automóviles de prensa dio la vuelta a 100 metros del lugar donde dos camiones cerraban el camino a Comitán y Ocosingo. A los tiros que salían de enfrente, de entre los vehículos atravesados en la carretera, se sumaron otros provenientes del lado izquierdo, de la montaña, de entre los árboles.Los impactos alcanzaban las puertas del lado izquierdo. El ruido provenía de todos lados. Sentíamos donde pegaban las balas, pero no de qué lugar salían.
Frida Hartz e Ismael iban a Las Margaritas, municipio abandonado por los rebeldes. Los disparos eran cada vez más fuertes.
Nosotros permanecíamos inmóviles. Ismael giró so bre su lado izquierdo y es cuchó un fuerte impacto. Después sintió un golpe seco en. el hombro derecho. Corrió hacia la cuneta. Allí se dejó caer. El fue go cesó. Frida reaccionó y se pasó al volante. Lenta mente dio la vuelta. En la cuneta, Ismael se incorporó y corrió por el lado de recho de la carretera, entre los árboles. Subió al volkswagen. "Cálmate, vámonos de aquí", le dijo a Frida. Y ella pisó el acelera dor para alcanzar a los ve hículos que iban delante.
Más tarde, en el hospital de San Cristóbal los reporteros se extrañaban de la agresión. Se sorprendieron cuando vieron 20 impactos en el Volkswagen blanco. Pero no pudimos ver a los agresores,
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.