Chovinismo cultural
"Existe el París de la Paramount, el París de la Metro y, por supuesto, el de Francia. El de la Paramount es el más parisiense", aseguró el cineasta Ernst Lubitsch. Pocos intelectuales alemanes figuran en la lista de firmantes del manifiesto publicado por el diario Frankfurter AlIgemeine en favor de la "excepción cultural" en las negociaciones del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), aunque se trate de algunos nombres notables del cine como Reinhard Hauff, Volker Schlöndorff y Wim Wenders, este último también un expatriado coyuntural a quien las nacionalidades de la cultura no parecen afectar demasiado.Por lo general, en Alemania, las reacciones ante la iniciativa son de escepticismo. El semanario Der Spiegel reconoce que en la actualidad, en Europa, se habla poco del cine alemán o italiano, que estaba presente hace tan sólo 15 años, aunque cita dos ejemplos de cineastas europeos que disfrutan del éxito económico en Hollywood: el holandés Paul Verhoeven y el alemán Wolfgang Petersen.
Hegemonía
El semanario de Hamburgo pone como ejemplo lo sucedido durante la década de los veinte, cuando la Administración alemana, considerando que había que proteger al cine autóctono ante la competencia extranjera, estableció severas cuotas de exhibición. Los norteamericanos compraron entonces varios estudios alemanes y produjeron películas en Alemania, vendiéndolas como producto alemán. El resultado del proteccionismo fue la hegemonía americana.
El Süddeutsche Zeitung, bajo el título 'Chovinismo cultural', asegura que "si el cine francés (del alemán, ni hablar) no tiene nada que oponer a las producciones de Hollywood, quizás no es por conspiraciones siniestras, si no por cuestiones de atractivo y calidad". Para el periódico de Múnich, el lema chovinista "Franceses, ved solamente películas francesas" no es la solución del problema. La postura oficial del Gobierno va también en este sentido.
En el Ministerio de Economía, encargado de las negociaciones del GATT, la iniciativa de los autores, actores y productores es calificada de "totalmente exagerada, ya que parte de datos equivocados y camina en una dirección falsa".
Babelia
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