_
_
_
_
_

Los peor parados

El vicerrector de ordenación académica de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), Jaume Pagès, asegura que el sistema de evaluación actual es especialmente "injusto" con los alumnos que sacan notas altas.Pagès recuerda que para obtener una plaza universitaria no cuenta la nota en sí, sino el lugar que ésta ocupa en el orden de las calificaciones de aspirantes a universitario. "Estar más arriba en la clasificación depende de la puntuación de uno mismo, pero también de la de los demás", puntualiza el vicerrector. Por lo tanto, puesto que la nota que adjudica el sistema del Ministerio es distinta a la real, "el verdadero orden queda trastocado".

Y, en algunos casos, dicho orden queda extremadamente alterado, como demuestra un análisis matemático efectuado sobre una hipotética población de 100 estudiantes, 20 de los cuales son brillantes, 30 medianos y 50 aprueban justo. El estudio demuestra que el sistema sube la nota a aquellos que han obtenido una calificación media real o inferior a 5,56 (5,71, según las equivalencias del MEC). Y, en cambio, la baja sistemáticamente a quienes han sacado una puntuación media real o superior a 6,97 (6,79, de acuerdo con el baremo ministerial).

Más información
El sistema de calificación perjudica a los mejores alumnos en la selectividad

Así, en esta hipotética lista de 100 alumnos aprobados, el que tenía la segunda nota real más alta (8,54) ha pasado del puesto número 2 al 10 en el nuevo orden creado después de aplicar la equivalencia del MEC, que le ha adjudicado una calificación de 7,93.

El vicerrector de la UPC observa que los ocho puestos que ha perdido este estudiante en una relación de 100 personas, hubieran sido 2.400 en el supuesto caso de que este alumno fuera real y hubiera aprobado la selectividad en Cataluña. Y ello sin contar con un segundo factor distorsionante: que vale lo mismo para entrar en Arquitectura la nota de matemáticas que la de gimnasia. El chaval que sea poco ágil verá sistemáticamente sus notas medias devaluadas.

A partir del año 2000, los estudiantes no sufrirán las deficiencias de este sistema de calificación porque la Ley Orgánica General del Sistema Educativo (LOGSE), establece que las puntuaciones del nuevo bachillerato reformado constarán únicamente de cifras.

"A los buenos estudiantes a los que se veta el acceso a unos estudios que se han ganado no se les pueden hablar de que en el futuro reinará la justicia. Ellos ya se han ganado su derecho", afirma un profesor al que no convence esta dilación.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_