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La nueva ley de biotecnología regulará la venta de especies manipuladas genéticamente

La Comisión Nacional de Bioseguridad vigilará los efectos sobre el medio ambiente

En España la manipulación genética de animales, plantas y seres humanos no está regulada en ningún aspecto. Este vacío es el que pretende llenar el proyecto de ley de biotecnología que será aprobado próximamente por el Consejo de Ministros. Los científicos consultados creen que la ley llega con retraso y no ha estado precedida de un debate público suficiente. Regulará la utilización en laboratorio de organismos modificados genéticamente, así como su comercialización (por ejemplo la venta de tomates que tardan más en pudrirse) y su liberación al medio ambiente.

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Mejor en plantas que en personas

Se trata de un proyecto de ley nuevo que estudiará hoy por primera vez la comisión de subsecretarios, paso previo para su aprobación por el Consejo de Ministros. El objetivo de las nuevas normas es evitar los posibles riesgos que para la salud humana y el medio ambiente plantea la manipulación genética; contempla sanciones de entre 100.000 pesetas y 50 millones de pesetas para sus infractores, informa Efe.La biotecnología, manera en que se emplean las células de plantas y animales para crear nuevos productos, abarca desde actividades milenarias, como la elaboración de quesos mediante bacterias, hasta los actuales trabajos de ingeniería genética relacionados con enfermedades humanas y animales y la creación de organismos transgénicos.

La ley, titulada Utilización confinada, liberación voluntaria y comercialización de organismos modificados genéticamente, incorpora dos directivas comunitarias en este sentido. Utilización confinada es la actividad por la que se modifica y manipula el material genético de un organismo, siempre con el empleo de barreras. Si este organismo se introduce deliberadamente en el medio ambiente sin adoptar ninguna medida de contención sería liberación voluntaria, y si se entrega a terceros, comercialización.

El texto, elaborado por cinco ministerios, prevé la creación de la Comisión Nacional de Bioseguridad, compuesta por expertos, que actuará como órgano consultivo.

La Administración central será la encargada de otorgar las autorizaciones y controlar la liberación voluntaria de los organismos modificados genéticamente y su comercialización. Las comunidades autónomas tendrán la competencia para autorizar la utilización en laboratorio de estos organismos.

Clausura de instalaciones

Las multas, de 100.000 a 50 millones de pesetas, según la gravedad de la falta, pueden llevar emparejadas el cese de las actividades, la clausura definitiva, temporal o parcial de las instalaciones y la prohibición de comercializar un producto.De la ley se excluyen, entre otras técnicas, las de fertilización in vitro, que están reguladas por otra ley ya existente, aunque todavía no se ha elaborado su reglamento. En España se hace manipulación genética en los laboratorios desde hace más de una década sin ningún control. A falta de normas, los científicos se autorregulan por la normativa europea del EMBO (European Molecular Biology Organization), o de los National Health Institutes de EE UU, explica el investigador Miguel Vicente. No conoce el proyecto pero, para él "esta ley hace falta, primero porque lo va a obligar la CE, pero también porque hay experimentos que pueden estar prohibidos en otras geografías y se vendrían a hacer a España si no hay control".

Otro investigador, Víctor de Lorenzo, tampoco conoce el texto, pero teme que sea demasiado restrictivo. "El peligro de una normativa restrictiva es, como ha pasado en otros países, como Alemania, que se exija al científico informes tan detallados y agobiantes que limiten la investigación para no enfrentarse a tal burocracia. Por otro lado, las empresas se llegan a encontrar con tal batalla burocrática que ni lo intentan".

El director del Centro Nacional de Biotecnología, Mariano Esteban, advierte: "No hay evidencia de que la biotecnología haya causado en el mundo algún trastorno. Si las cosas se hacen mal, puede haber riesgos, como en cualquier producto que se vierta desordenadamente al medio ambiente". Vicente pone un ejemplo de manipulación malintencionada: "Clonar la toxina del cólera en E. coli (una baceria que está en en el hombre y en muchos animales) y que se exprese".

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