Mejor en plantas que en personas

Los españoles conocen el término biotecnología, pero su conocimiento sobre sus aplicaciones es insuficiente, según una encuesta sobre la percepción social y las actitudes públicas ante la biotecnología, realizada por la Administración en 1992 (véase gráfico).

Los encuestados creen que resultarán beneficiosos los avances en el campo médico y expresan salvedades de orden ético y moral, sobre todo en el trabajo con embriones humanos, el aborto y la eugenesia. En los otros campos las opiniones sobre beneficios y riesgos resultan mucho menos definidas. La posible modificación del código genético humano y la utilización incontrolada de la información genética de los seres humanos provocan recelos y sentimiento de cautela.

La regulación y control de la biotecnología y sus aplicaciones es considerada necesaria en general. Aunque los encuestados dudan de la capacidad de los administradores públicos para hacer cumplir las normas, tampoco confían en el autocontrol por parte de científicos e industriales.

La mayor actitud crítica procede de grupos religiosos, feministas, ecologistas y consumidores. En la escala de aceptabilidad-rechazo ético a la manipulación genética, los encuestados aceptan bien que se haga en plantas y en grado descendente a medida que se pasa a bacterias, animales superiores y células y embriones humanos.