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Las diferencias genéticas no justifican que se hable de raza vasca, según Cavalli-Sforza

Milagros Pérez Oliva

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"Podemos hablar de población vasca, pero nunca de individuos de raza vasca. Las diferencias genéticas no justifican, ni en éste ni en ningún otro caso, el concepto de raza, y mucho menos el racismo". Así se expresó ayer Luigi Luca Cavalli-Sforza, investigador italiano afincado en Stanford (EE UU), que ha reconstruido la historia y la geografía de los genes humanos. Uno de sus hallazgos ha sido comprobar que la cultura y la lengua son más importantes que los genes en las diferencias entre poblaciones y que el mapa de las diferencias genéticas coincide con el de las diferencias lingüísticas.

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Lo que comúnmente se conoce como diferencias raciales tiene que ver más con el ambiente que con la genética, según dijo ayer el profesor Cavalli-Sforza, que se encuentra en Barcelona para recibir el V Premio Internacional Catalonia que concede el Instituto de Estudios Mediterráneos. Según Cavalli-Sforza, no existe base científica para sostener el racismo, pues todos los grupos de población son portadores de prácticamente todos los genes humanos existentes y las diferencias entre las poblaciones son mínimas. "De hecho, hay un determinismo cultural mucho más relevante que las diferencias genéticas", afirma.Él prefiere utilizar la palabra población en lugar de raza, "porque nunca podríamos precisar donde comienza una y donde termina otra". Las diferencias en el color de la piel y los rasgos faciales constituyen, según él, una variante mínima y responden más a factores de adaptación al medio que a un determinismo genético.

El profesor Cavalli-Sforza ha analizado las diferencias genéticas de 1.800 poblaciones y ha estudiado su implantación territorial, siempre ligada a procesos migratorios. Si genéticamente hay pocas diferencias entre un asiático y un europeo, las que pueda haber entre poblaciones europeas son aún menores. "Si tomamos el caso de los vascos como uno de los grupos con mayores diferencias, veremos que éstas son irrelevantes".

Hombre de Cromagnon

El mapa genético de la península ibérica que Cavalli-Sforza ha realizado con Jaume Bertran Petit, catedrático de Antropología de la Universidad de Barcelona, revela ciertas diferencias en el mapa genético de la población vasca, que abarcan un territorio mayor, que el actual País Vasco. "Se trata de la herencia genética de un pueblo muy antiguo, descendiente directo del hombre de Cromagnon, que pobló esa zona hace 35.000 o 40.000 años y que durante mucho tiempo ha resistido la influencia de otras poblaciones próximas", afirma.

"Hay otra diferencia clara, en el noreste de la península de habla catalana, que responde a una migración procedente del sur de Francia hace unos 7.000 años. Y otra de origen céltico en el oeste. Cualquier país, si las busca, encontrará diferencias similares. Pero estamos hablando de diferencias estadísticas entre poblaciones, nunca de individuos diferentes. Existe una población vasca, pero no un individuo de raza vasca".

La mayor diferencia de la población vasca es que tiene una mayor proporción de individuos con el antígeno de la sangre rh negativo. "El grupo rh tiene que ver con la herencia genética", afirma Cavalli-Sforza. "Y probablemente hace 30.000 años la población originaria del territorio vasco tenía una gran mayoría de individuos con rh negativo. Pero hoy en la población vasca apenas encontramos un 25%. Si analizamos la población del resto de la península, el porcentaje es del 15%. Y en Inglaterra del 17%. Mientras tanto, el factor rh negativo es muy poco frecuente en Africa y Asia oriental y prácticamente inexistente en Asia o Australia. ¿Qué quiere decir todo eso?, sencillamente, que en la historia evolutiva de la humanidad, los antecedentes de los vascos se separaron antes de los asiáticos que de los europeos. Nada más".

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