Escenarios para una sentencia

J. M. A., Los escenarios que abre el fallo, que anula la decisión de la Generalitat valenciana de aprobar el proyecto de restauración y rehabilitación del teatro romano de Sagunto, dependen de las iniciativas que adopten las partes. La declaración de ilegalidad implícita en la decisión judicial no supone la automática paralización de las obras. Para que esta medida sea ejecutiva ha de ser solicitada a la sala.

La Generalitat recurrirá el fallo ante el Tribunal Supremo, lo que alargará la incertidumbre sobre el futuro de la reforma. El miembro del comité ejecutivo provincial de Valencia del PP, Juan Marco Molines, autor del recurso que ha propiciado la sentencia, señaló ayer que pedirá la ejecución provisional de la sentencia para conseguir la paralización de las obras, y, ulteriormente, si el Supremo le es favorable, la demolición.

Fuentes cercanas al caso señalaron que el tribunal valenciano está dispuesto a conceder la paralización provisional, pero no la demolición, aunque esta es una consecuencia lógica de la sentencia. Molines especificó que si los informes técnicos muestran que la retirada de las obras daña el monumento, dará marcha atrás en la petición de demolición y exigirá responsabilidades civiles y penales.

Ante estas incertidumbres, las reacciones a la sentencia no se hicieron de esperar entre una Administración que ha defendido abiertamente el proyecto. El presidente de la Generalitat, Joan Lerma, insistió ayer en que la sentencia "no agota el procedimiento judicial", en clara alusión al recurso ante el Supremo.

Inseguridad jurídica

El ataque más duro procedió del consejero de Cultura, Andreu López, quien se mostró "perplejo" y manifestó su preocupación ante la "inseguridad jurídica que la sentencia genera en la rehabilitación del patrimonio histórico". López aprovechó la ocasión para defender la política de rehabilitación de monumentos emprendida por su departamento. El arquitecto Manuel Portaceli, uno de los autores del proyecto, recalcó la tarea de conservación, consolidación y puesta en valor de las ruinas conseguida con la obras, que tenían que concluir antes del verano.

Más escueto fue Ciprià Ciscar, consejero de Cultura cuando se gestó el proyecto y actual número uno de la lista del PSOE por Valencia. Císcar, que en su día animó a Marco Molines a presentar el recurso, dijo discrepar de la sentencia. "El espíritu del proyecto fue mejorar el patrimonio", añadió. El único guiño hacia los jueces vino de la mano del alcalde de Sagunto, Manuel Girona (PSOE). Tras considerar el fallo una perdida de expectativas para Sagunto, dijo: "No es tampoco una cosa evidente", en referencia a la legalidad de las obras.