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Los aviones aliados machacan el norte y el sur de Irak para doblegar a Sadam

Antonio Caño

El presidente de Estados Unidos, George Bush, está decidido a legar a su sucesor, Bill Clinton, un conflicto bélico sin final previsible en Irak, donde 75 aviones norteamericanos, franceses y británicos bombardearon ayer distintos objetivos militares en las zonas de exclusión aérea, al norte y sur del país. Ni siquiera se habían cumplido 24 horas desde el anterior ataque, en esa ocasión con misiles, contra una planta de Bagdad, atómica según Bush e industrial según Sadam. La toma de posesión de Clinton, que se celebrará mañana en Washington, está ya marcada por esta escalada bélica, que puede obligar al nuevo presidente a embarcarse en una operación militar antes de que tenga tiempo de calentar el sillón del despacho Oval de la Casa Blanca.

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El presidente electo, Bill Clinton, aseguró ayer que no le temblará la mano si tiene que ordenar nuevos ataques contra Irak, así como que su política no variará tras su acceso a la Casa Blanca. "Sadam", añadió Clinton, "debe comprender que la determinación estadounidense durante este periodo no vacilará". El todavía presidente, George Bush, agradeció ayer el decidido apoyo de su sucesor.Nuevos ataques de la coalición pueden producirse en las próximas horas, según expertos militares, si Irak no hace un gesto ostensible para el cumplimiento de las últimas exigencias planteadas por el bloque occidental.

Washington afirma que destruyó las defensas aéreas iraquíes, pero teme que Irak repluique lanzando misiles sobre Kuwait o Arabia Saudí. Ayer se produjo una falsa alarma por este motivo, que disparó las sirenas entre los aliados de Estados Unidos en el Golfo. El aeropuerto de Kuwait permaneció una hora en estado de alerta, mientras los pasajeros buscaban abrigo en los refugios subterráneos.

Según fuentes aliadas, en la operación de ayer intervinieron aviones F- 15 Eagle, F- 117 Stealth y A-6E Intruder norteamericanos, a los que se sumaron los Mirage 2.000 franceses y los Tomado británicos. Los aparatos procedían de la base de Incirlik, en Turquía; del portaaviones Kitty Hawk, en el Golfo, y de bases en Arabia Saudí y Bahrein. Al parecer, alcanzaron objetivos en las ciudades iraquíes de Samawa, Tallil, Mosul, Nayaf, Al Amarah y Basora.

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75 aviones norteamericanos, franceses y británicos baten las dos zonas de exclusión aérea en Irak

Viene de la primera páginaUn portavoz turco aseguró que aviones norteamericanos derribaron un Mig 29 enemigo al norte del paralelo 36. Un funcionario norteamericano señaló a las nueve de la noche de ayer (hora peninsular española) que un F15 de Estados Unidos podría haber derribado un caza iraquí.

Los ataques de ayer tienen, a juicio del Gobierno norteamericano, el doble objetivo de "terminar el trabajo" que los aviones habían dejado a medias en el bombardeo del pasado miércoles y llamar la atención de las autoridades iraquíes a fin de que respeten las zonas de exclusión aérea establecidas por Estados Unidos y sus aliados al norte y al sur del país.

Un portavoz del Departamento de Defensa de EE UU confirmó ayer que el impactó que sufrió ayer el hotel Rashid, de Bagdad, fue provocado por parte de un misil Tornahawk interceptado por las defensas antiaéreas iraquíes.

En la operación de batida de las dos zonas de exclusión aérea en Irak fueron alcanzados, según el Pentágono, baterías de msiles y de artillería antiaérea y radares para la detección de misiles. Todos los aparatos volvieron a sus bases sin daños.

Las zonas de exclusión aérea al norte del paralelo 36 y al sur del 32 fueron establecidas por Estados Unidos, Francia, el Reino Unido y Rusia, para proteger a las comunidades kurda, en el norte, y shií, en el sur, amenazadas por el Ejército de Sadam Hussein.

Este ataque, ejecutado sin previo aviso y sin que mediara ninguna nueva provocación iraquí, muestra que la situación en la zona ha entrado en una fase de conflicto abierto, y que en cualquier momento pueden sucederse nuevos ataques, sin que quede muy claro qué es lo que tendría que hacer el presidente iraquí para impedirlos.

El Gobierno de Irak sostiene que sólo puede garantizar la seguridad de los vuelos de los observadores de la ONU si penetran en territorio iraquí desde el oeste, evitando la zona de exclusión aérea del sur.

El pasado domingo, Sadam Husein ofreció garantizar seguridad también para los vuelos que procedan del sur, siempre que antes fueran suspendidas las incursiones de los aviones aliados en ese área, condición que también fue rechazada por la Comisión Especial de las Naciones Unidas encargada de la observación en Irak. El portavoz de esa comisión, Tim Trevan, explicó que esa es una garantía que la ONU "simplemente no está en condiciones de dar".

Tecnicismo y terquedad

Este asunto de las garantías para los vuelos de los observadores que, friamente juzgado, no pasa de ser un tecnicismo o un acto de terquedad por ambas partes, es la razón principal esgrimida en los últimos días por los miembros de la coalición internacional para atacar Irak.

Sin embargo, junto a eso, Washington ha mencionado, con ocasión de los últimos ataques, otras razones diversas: la producción de armas nucleares, químicas y biológicas, el despliegue de misiles antiaéreos que amenazan a la aviación norteamericana, las incursiones de civiles iraquíes en territorio kuwaití y, por último, el desacatamiento por parte del Gobierno de Bagdad de las zonas de exclusión aérea.

Todo esto hace que el conflicto se encuentre en una fase de desarrollo difícil de parar en los dos días que a Bush le quedan en la Casa Blanca. Conclusión: Clinton tendrá que resolver esa crisis, en lo que supone un reto envenenado para un presidente que evitó la guerra de Vietnam y que tiene fama de blando e indeciso.

Aunque el presidente electo norteamericano ha ratificado su posición de pleno apoyo a la política de George Bush en Irak, la prensa norteamericana recoge el clima de profunda discusión en el equipo de Clinton sobre cómo manejar un caso que promete convertirse en el primer obstáculo de la Administración demócrata.

Los bombardeos de la mañana de ayer , que coincidieron con el momento en el que se celebraba en Bagdad el entierro de las dos mujeres muertas el domingo en el hotel Rashid de Bagdad, tenía como objetivo una planta industrial en la que, según Estados Unidos, se fabrica armamento nuclear, y, según Bagdad, materiales de uso pacífico.

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