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La Legión traslada su base a un santuario

Miguel González

ENVIADO ESPECIAL"Quien no crea que hay un ser superior que nos protege está ciego", afirma el coronel Zorzo, jefe de los 767 militares españoles enviados a la antigua Yugoslavia. El domingo hizo dos meses que los primeros legionarios y paracaidistas desembarcaron en el puerto croata de Split. En este tiempo, han sufrido innumerables accidentes de tráfico, han sido víctimas de la explosión de una mina y han estado bajo el fuego cruzado de las facciones en conflicto, pero no han tenido que lamentar ningún herido grave.

Buscando la proximidad con sus otros dos campamentos, el de Dracevo y el de Jablanica, en la ruta de Sarajevo, o quizá la protección de la Virgen, el coronel Zorzo prepara el traslado de su plana mayor y del grueso de sus tropas, actualmente acuarteladas en la base de Divulje, junto al aeropuerto de Split, hasta la localidad de Medjugorie, en el interior de Bosnia-Herzegovina. Medjugorie, una especie de Lourdes croata, es un centro de peregrinación para los católicos.

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El nuevo año traerá también un regalo inesperado a los legionarios: 15 días de permiso, cuya concesión, a partir de finales de enero, estudia actualmente el Ministerio de Defensa, de acuerdo con las normas de la ONU para este tipo de operaciones.

La llegada desde España de contenedores con duchas, dormitorios y letrinas, así como la instalación de teléfono vía satélite en todos los campamentos, ha mejorado sustancialmente las condiciones de vida de la agrupación, sobre todo en un momento en que el durísimo invierno de las montañas de Bosnia empieza a mostrar su rigor.

La misión de las tropas españolas no se limita a la escolta de convoyes de ayuda humanitaria a través del corredor del Neretva, más de 130 desde mediados de noviembre, sino que incluye también continuas patrullas de reconocimiento por rutas de alta montaña cubiertas de nieve o hielo para completar su información sobre el área y preparar vías alternativas de evacuación, caso de que la carretera de Mostar quede cortada.

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Una presencia familiar

La presencia española, que se ha hecho ya familiar desde Metkovic a Jablanica, se va volviendo frecuente en Mostar, que visitó el ministro de Defensa durante su viaje a la zona, y en toda Herzegovina occidental, bajo control croata. En el futuro, si la ONU da luz verde, está previsto ampliar su campo de operaciones a Herzegovina oriental, ocupada por los serbios.

Las buenas relaciones de los españoles con los dos bandos, un puro ejercicio de equilibrismo, han permitido ya la realización de seis encuentros entre serbios y croatas en el frente de Stolac, a sólo 25 kilómetros de la carretera de Mostar. Medio centenar de cadáveres han sido intercambiados en estas reuniones, cargadas por momentos de fuerte tensión. Fue en una de estas reuniones, celebradas en tierra de nadie, donde una mina hirió a tres legionarios.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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