Tensión en el comercio internacional
Francia dio ayer una nueva vuelta de tuerca en las negociaciones del GATT al expresar otra vez sus reticencias a un acuerdo que suponga la limitación de exportaciones agrícolas comunitarias. El presidente de la república reunió al Gabinete de crisis y el primer ministro francés, Pierre Bérégovoy, afirmó rotundamente que "ningún país puede imponer su ley al resto del mundo". En Estados Unidos, sin embargo, había cierto optimismo antes de empezar las negociaciones entre los enviados de la Comunidad y los representantes norteamericanos. Estados Unidos ha amenazado con imponer sanciones contra productos europeos por valor de 300 millones de dólares si no hay acuerdo.
Francia advierte que rechazará un acuerdo del GATT contrario a sus intereses agrícolas
Socialistas y gaull istas coincidieron ayer en exigir que Francia vete cualquier acuerdo comercial entre la Comunidad Europea (CE) y Estados Unidos que lesione sus intereses agrícolas. Mientras fuerzas políticas tan diferentes le incitaban a la firmeza, el Gobierno francés se reunía en sesión de crisis en torno al presidente François Mitterrand. A primeras horas de la tarde, cuando estaban a punto de comenzar en Washington las negociaciones entre los norteamericanos y los enviados de la CE, el gobierno francés proclamó que, en su opinión, no existían condiciones para la firma de un acuerdo.El Gobierno francés volvió a recordar a sus socios comunitarios que las prisas y el deseo de evitar una guerra comercial estaban a punto de conducir a los europeos a aceptar exigencias norteamericanas contrarías a la reforma de la Política Agraria Comunitaria (PAC) adoptada el pasado 21 de mayo. En los últimos días, los franceses habían intentado impedir con ese argumento que la CE diera un mandato al comisario europeo Ray MacSharry para terminar lo antes posible las negociaciones con Estados Unidos. Pero el argumento cayó en saco roto.
Búsqueda de consenso
A fin de obtener el más amplio consenso nacional sobre su solitaria posición de firmeza frente a Estados Unidos en las actuales negociaciones del GATT, el Gobierno francés anunció también su intención de convocar el parlamento la semana próxima. "Ningún país, ningún gobierno tienen derecho a dictar su ley al resto del mundo", afirmó el primer ministro Pierre Bérégovoy aludiendo a Estados Unidos.
Nada más conocer la noticia del próximo debate parlamentario, tres senadores socialistas manifestaron que se pronunciarán a favor de que Francia exija de los otros países comunitarios una renegociación de la PAC si los enviados de la CE aceptan en Washington el grueso de las condiciones norteamericanas en materia agrícola. "Si nuestros socios europeos han decidido sacrificar los intereses agrícolas de Francia en aras de un rápido acuerdo con los norteamericanos, deben asumir sus responsabilidades", afirmaron esos senadores.
A los socialistas franceses no le están faltando apoyos internos en su combate para que la CE no se pliegue a las exigencias agrícolas norteamericanas. Todas las fuerzas políticas consideran que la defensa de su agricultura es tan vital para Francia como puede serlo para Alemania el porvenir de la industria pesada o para Estados Unidos, el de su ejército. El partido gaullista Asamblea para la República (RPR) exigió ayer que Francia oponga "un veto fundado en el compromiso de Luxernburgo" a las negociaciones comerciales del GATT.
Intereses norteamericanos
"Sólo un veto francés basado en el compromiso de Luxemburgo puede permitir crear una saludable crisis a nivel europeo e internacional", proclamó Jean-Claude Pasty, secretario de Agricultura del RPR. "Esta crisis", añadió, "evidenciaría la verdadera naturaleza del GATT, que es servir a los intereses comerciales norteamericanos y no construir un comercio internacional equilibrado".
"Sea cual sea su color político, apoyamos la firme y bien fundada posición de los representantes franceses en este asunto", dijo Jacques Toubon, diputado gaullista por París. Toubon subrayó que la situación actual demuestra que "la Comisión de Bruselas no está armada pra llevar adelante este tipo de negociaciones".
Numerosos diputados socialistas franceses apoyaron la idea de utilizar el "compromiso de Luxemburgo" para oponerse al acuerdo "anti -francés" que MacSharry parecía dispuesto a ultimar en la capital norteamericana. Ese "compromiso", adoptado por los seis socios fundadores de la CE en la noche del 29 al 30 de enero de 1966, en Luxemburgo, puso término a siete meses de crisis del entonces Mercado Común. El origen de la crisis estaba en la. negativa francesa a participar en los, consejos comunitarios mientras no se adoptara un presupuesto agrícola menos contrario a sus intereses. Fue la política de "la silla vacía".
El "compromiso de Luxemburgo" establece que no puede imponerse a ningún Estado Miembro una decisión adoptada por mayoría que sea "contraria a sus intereses vitales". En ese caso, la decisión. será bloqueada hasta que haya unanimidad.
El Gobierno francés reiteró ayer que desea "un acuerdo global. y equilibrado benéfico para la economía mundial". Louls Mermaz, portavoz del gobierno, precisó que Francia no considera "equilibrado" el acuerdo que podía firmarse en Washington.
El mundo rural francés recibió un insospechado apoyo de la Dinamarca agrícola. Hans Kjeldsen, presidente del Consejo de la Agricultura Danesa, se declaró contrario a "cualquier compromiso en las negociaciones del GATT establecido a partir de las bases actuales, inaceptables para los agricultores daneses y europeos".
En una carta dirigida al gobierno y el parlamento danés, Kjeldsen afirmó que el acuerdo que posiblemente iba a ser adoptado en Washington "hiere mucho más duramente a los campesinos de la CE que a sus colegas de otras partes del rnundo". La CE, según el líder campesino danés, tendrá que poner en barbecho unas 14 millones de hectáreas, tres veces más que lo previsto por la PAC.
Por su parte, Frans Andríessen, negociador europeo en las negociaciones del GATT, afirmó ayer que un acuerdo con EE UU sobre el comercio agrícola deberá realizarse dentro de los límites de la PAC, según informa Efe. A su llegada a Washington, para participar en las negociaciones, Andriessen aseguró que la disputa CE-EE UU sobre oleaginosas podría resolverse rápidamente.
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