La Cruz Roja denuncia el horror de los campos de detención

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha denunciado, tras visitar desde el mes de julio 13 campos, donde están recluidos unos 8.000 prisioneros, el tratamiento inhumano que reciben las víctimas civiles en Bosnia-Herzegovina por parte de las fuerzas serbias, croatas y bosnias en conflicto. Los prisioneros viven bajo el terror, sus bienes confiscados, y cuando no son deportados son asesinados. Estas acciones están en contra de los compromisos de las partes en conflicto para respetar los convenios de Ginebra sobre protección de civiles.El comunicado del Comité Internacional de la Cruz Roja, calificado de histórico por los portavoces de la organización, denuncia a los combatientes serbios, croatas y bosnios en conflicto en Bosnia-Herzegovina de los desplazamientos masivos y forzados de la población civil.

Estos desplazamientos están caracterizados por la brutalidad y el asedio sistemático, consecuencia de una política premeditada para forzar a la población civil a abandonar sus hogares.

La población civil es sistemáticamente aterrorizada, cuando no asesinada, con lo que se ha convertido en una auténtica moneda de cambio, lo que demuestra la gravedad de las violaciones de los derechos humanos y del derecho internacional humanitario.

Protección de los civiles

El CICR reclama medidas imperativas y urgentes para que cesen estas actividades y se pueda garantizar el respeto de los convenios de Ginebra que protegen a la población civil en caso de conflicto armado.El comunicado indica que sobre el terreno los delegados tan sólo han podido visitar a una pequefia parte de prisioneros de guerra, cuando los campos de detención rebosan de detenidos civiles, inocentes y aterrorizados.

A pesar de las negociaciones permanentes que mantiene el CICR con las partes en conflicto aún no han recibido confirmación del número de centros de detención ni del número de detenidos controlados por las diferentes facciones. En total, los centros de detención visitados por el CICR son hasta ahora 13, siete bajo control croata, dos bajo control musulmán y cuatro controlados por las fuerzas serbias, con unos 8.000 detenidos en total.

Simultáneamente, la sesión extraordinaria de la Comisión de Derechos Humanos inició sus deliberaciones para discutir la situación de los derechos y las libertades fundamentales en la ex Yugoslavia.

El proyecto de resolución, negociado por Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania, prevé la designación de un enviado especial permanente hasta el esclarecimiento de la situación en Yugoslavia, que deberá presentar un primer informe antes de la reunión entre las partes en conflicto, prevista para el 26 de agosto en Londres.

Posteriormente el informe será remitido al secretario general de la ONU, que lo transmitirá al Consejo de Seguridad. La resolución que está siendo debatida prevé una condena sin paliativos de la constante, repetida y masiva violación de los derechos humanos en la antigua Yugoslavia, y en Bosnia-Herzegovina en particular. También exige el respeto de los convoyes humanitarios, el acceso del CICR a los campos de detención y el respeto a la población civil.

En los debates de ayer, el vicepresidente de Bosnia, Ejup Ganic, insistió en que el expansionismo serbio es imparable y que el conflicto puede extenderse a Kosovo y Macedonia. Cedric Thornberry, director de Asuntos Civiles de la ONU, declaró ayer que la persecución racial por los serbios continúa en las zonas protegidas por la ONU en Croacia.