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Educación rebaja las notas de los españoles, que cursan el bachillerato en la CE

El Ministerio de Educación penaliza las notas de los alumnos españoles de las Escuelas Europeas de la CE con una disminución de hasta 1,4 puntos. Esta discriminación "atenta contra el artículo 14 de la Constitución" y sólo la aplica España, según la queja presentada ante el Defensor del Pueblo por padres de alumnos que estudian en Bruselas. En el resto de la CE se dan por buenas las notas de un sistema en el que participan los Doce. Aunque el Ministerio de Educación español selecciona a los profesores de estas escuelas, considera que constituyen "un sistema educativo extranjero".

Un alumno español de una escuela de la CE que quiera entrar en la Universidad española debe, además de superar el examen de selectividad vigente en España, aprobar la reválida del Baccalauréat (bachillerato) prueba considerada como mucho más dura. Aun así, ve sus notas rebajadas entre 0,5 y 1,4 puntos, lo que le hace competir en desventaja a la hora de optar a una determinada carrera en España. Las autoridades educativas españolas son las únicas de los Doce que aplican este criterio reductor para centros de enseñanza de la CE, en cuya gestión y presupuesto participan, así como en las directrices del contenido de los cursos y en la selección del profesorado de las secciones españolas.El escrito de denuncia. presentado el pasado 24 de junio por Antonio Espino y otros 14 padres de alumnos que cursan estudios en la Escuela Europea de Bruselas responde a una "situación de injusticia que subsiste desde hace, cuatro años y afecta a medio millar de alumnos". "A pesar de nuestros requerimientos" añaden, "ninguna explicación oficial se nos ha dado sobre los motivos que pudieran fundamentar la referida reducción". La penalización, según los tramos, representa una baja de entre el 16% y el 39% sobre la nota obtenida, lo cual elimina a estos aspirantes para optar a muchas carreras.

El cuadro de equivalencias utilizado para rebajar la nota de los alumnos de las Escuelas Europeas se justifica porque "éste es el valor o índice de calidad que le damos a un sistema exterior o extranjero", afirmó Francisco Javier Fernández Vallina, jefe del gabinete del ministro de Educación. El mismo criterio de extranjería, lo cual puede implicar una discriminación por razón de nacionalidad dentro de la CE, fue utilizado por el inspector general del ministerio, Alfonso Berlanga. "A instancias mías, porque vi que era injusto para los alumnos, el cuadro de equivalencias ha sido cambiado este año", añadió.

De los 10 años de funcionamiento de la sección española, la discriminación sólo se lía aplicado en los últimos cuatro y todavía hay una nueva modificación pendiente, lo cual da a entender que el ministerio no tiene las ideas muy claras al respecto. El coeficiente reductor, aunque ambos sistemas (el español y el de la CE) se basan en una puntuación de 0 a 10, se justifica en que, mientras en España el 5 es aprobado, en la Escuela Europea hace falta sacar un 6 de media para poder pasar de curso. Esa mayor exigencia teórica ha llevado a las autoridades españolas a aplicar una tabla de convergencia que discrimina a los alumnos según hayan estudiado en España o en una escuela de la CE.

Mediante los cuadros de equivalencias firmados por el secretario general técnico de Educación, José Luis Pérez Iriarte, se ha edificado un sistema por el que un 6,9 en Bruselas es un 5,5 en España. La corrección introducida este año es considerar el 7 como equivalente al 6,5 en lugar del 5,5 vigente anteriormente. Esta penalización de casi el triple, cuando la diferencia entre notas es sólo de una décima, puede llevar a los alumnos a desconfiar definitivamente del valor de la aritmética cuando ésta es aplicada por los responsables de sus programas educativos.

Antes la cosa era peor puesto que un 6 en Bruselas era un 4,5 en España. Esta corrección de una décima, para no caer en la incongruencia de que incluso ese aprobado alto devenga en suspenso, es lo que ha llevado a decir al inspector general Berlanga que la modificación se ha hecho "precisamente para que el Defensor del Pueblo nos tenga que dar la razón".

El propio inspector general reconoce que entre los expedientes de Bruselas "no nos llegan buenas notas Lo normal es que nos lleguen expedientes de 6, 6,5 y 7, que, una vez "aplicada la correción, se quedan en 5,5 o 6,5.Esa penalización priva de muchas oportunidades de elección de carrera ante el numerus clausus de las universidades españolas, "cuando estos mismos alumnos", según Ia queja al Defensor del Pueblo, "se integran sin dificultad en universidades europeas tan prestigiosas como Lovaina, Oxford, Cambridge, o la Politécnica de París".

El extranjero también en territorio nacional

Las escuelas europeas funcionan en cada país que es sede de una institución de la Comunidad Europea. En la actualidad existen nueve centros, dos de ellos en Bruselas. La sección española de la capital belga ha ido creciendo en alumnos hasta convertirse en la tercera con mayor número de ellos. Las asignaturas básicas son impartidas en español por profesores funcionarios seleccionados por el ministerio. "El programa de EGB y BUP está estructurado sobre las directrices del ministerio y es, por tanto, similar al establecido en España", argumentan los padres de los alumnos.La diferencia principal estriba en que "algunas asignaturas no básicas se estudian en un segundo o incluso tercer idioma, lo cual supone una dificultad adicional en relación al bachillerato cursado en España".

Los alumnos de las escuelas europeas deben pasar por la con validación automática de sus estudios a través de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Es entonces cuando se le aplica el baremo reductor de hasta 1,4 puntos sobre el valor de sus notas. Sin embargo, fuentes de la UNED advirtieron que puede hacerse una trampa. "A la hora de pedir plaza en una Facultad española basta con presentar la papeleta de selectividad y matricularse en base a esa nota, porque la media de convalidación del BUP y el equivalente a COU se retrasa y el alumno puede optar a incluirla o no".

Esta irregularidad no cuadra con las sucesivas órdenes dictadas por el ministerio. Tampoco con el hecho de que a los alumnos de estas escuelas se 'les penalice, mientras a quienes estudian en una escuela pública belga se les acepten, sin ningún tipo de corrección a la baja, sus notas. Para los liceos franceses, el Ministerio de Educación ha establecido un cuadro de equivalencias específico.

Por el momento, España no cuenta en su territorio con ninguna escuela europea. Esta situación puede cambiar si en diciembre le dan, como parece probable, la Agencia Europea del Medio Ambiente. Entre los requisitos para el país sede de una institución de la CE figura contar con un centro educativo de este tipo, creado en principio para los hijos de los funcionarios de la Comunidad. En ese caso, la discriminación a la hora de evaluar las notas que obtienen alumnos español es podría reproducirse en el propio territorio nacional. El ministerio se verá obligado entonces a cambiar la normativa, a no ser que prevalezca el argumento de que el comunitario es "un sistema extranjero".

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