_
_
_
_
LA CUMBRE DE LA TIERRA

González anuncia que España triplicará la ayuda al desarrollo de aquí al año 2000

Felipe González anunció ayer en la cumbre de Río que dé aquí al año 2000 España triplicará su ayuda al desarrollo, que es actualmente una de las más bajas entre los países europeos. "España", recordó primero el jefe del Gobierno, "ha triplicado su ayuda al desarrollo en el curso del último decenio". "Quiero manifestar ahora nuestro propósito de triplicar de nuevo el volumen de nuestra ayuda en el curso de esta década". Si se cumple la promesa, esta ayuda superaría dentro de ocho años los 400.000 millones de pesetas anuales.

Más información
La protección de bosques tropicales, en manos de cada Gobierno
100 mandatarios escuchan que el tiempo juega en contra de la humanidad

La cooperación española al desarrollo rondará este año, si se incluye la ayuda que se proporciona a través de la CE, los 135.000 millones de pesetas, equivalentes a un 0,21% del Producto Interior Bruto (PIB). Este porcentaje es similar al de EE UU, pero inferior en un tercio a la media comunitaria y queda muy lejos del 0,7% del PIB recomendado por la ONU y solicitado por el llamado Grupo de los 77 que reagrupa a 128 países del Tercer Mundo.En este año simbólico de 1992 algunos aspectos de la cooperación, como la dotación de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), han incluso sufrido recortes presupuestarios que incitaron en su día al secretario de Estado, Inocencio Arias, del que depende la AECI, a decir que "nuestra cooperación es bisoña".

González intentó ayer, sin embargo, resaltar que el esfuerzo de su Gobierno era, dado el nivel de desarrollo de España, comparable al de sus socios comunitarios. "España", dijo, "que está accediendo a mayores niveles de bienestar sin haber alcanzado todavía los de otros socios europeos, está dispuesta a colaborar activamente, no sólo con recursos financieros, sino también con la experiencia (...) que no tiene mucho en común con la del resto de Europa".

Agua y superpoblación

"(...) La erosión del suelo y la disponibilidad de agua en cantidad y calidad adecuadas", son, según el jefe del Ejecutivo, los desafíos medioambientales que más le preocupan con tanta más razón que, recordó, cumplir las normas comunitarias en materia de aguas residuales "nos exigirá una inversión cercana a los 15.000 millones de dólares (un billón y medio de pesetas)". De ahí que González respalde enérgicamente la creación de un instituto de la ONU para la gestión del agua.

Antes de que le aplaudiesen, durante 10 segundos un discurso que, horas después de ser pronunciado, no había sido distribuido en inglés a la prensa internacional, González hizo también un velado llamamiento a la "disminución del crecimiento demográfico, elemento clave para la compatibilidad entre el desarrollo y la protección del medio ambiente". A continuación, González firmó los tratados de biodiversidad y cambios climáticos.

El jefe de Estado francés, François Mitterrand, anunció también, poco después, que duplicará la contribución francesa a la preservación del medio ambiente y propuso que los datos recogidos por satélite sobre la desertificación sean puestos a disposición de los países afectados. Su discurso tuvo, sobre todo, un toque literario: "El hombre es la naturaleza misma, la naturaleza es nuetra casa, nuestro jardín nuestro abrigo".

Nota pesimista

La nota pesimista fue dada por la primera ministra de Noruega y presidenta de la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo al lamentar la falta de compromisos financieros adecuados para cumplir la Agenda 21, el plan de acción que resultará de la Cumbre de la Tierra. "La tecnología y las finanzas han usurpado los poderes que corresponden al pueblo", resaltó.

El presidente de Perú, Alberto Fujimori centró su alocución en el consumo de cocaína. Recordó que en Perú se produce el 60% de la hoja de coca del mundo lo que conlleva una deforestación anual de entre 150.000 y 300.000 hectáreas de selva tropical para dedicarlas al cultivo de hoja de coca en el que trabajan 250.000 agricultores peruanos.

El derrocado presidente de Haití, Jean-Bertran Aristide, que representó a su país en la Cumbre, hizo un llamamiento para restablecer la democracia y denunció la "polución política y catástrofe ecológica" que padece su país, informa José Comas. En tono emotivo pero sin asumo de patetismo, Aristide se dirigió a los jefes de Estado y de Gobierno, que aplaudieron fuertemente su intervención.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_