Ayuda mezquina y corta
Josep Vargas, presidente de la sección española de Médicos Sin Fronteras, deja de lado cualquier tentación diplomática y arremete contra el Gobierno español: "Es absolutamente intolerable y vergonzoso, desde el punto de vista ético y humanitario, la mezquindad y cortedad en la visión de nuestro Gobierno para ayudar al Tercer Mundo". La pasada semana, los Doce no llegaron a un acuerdo para aumentar la contribución monetaria al desarrollo sostenible (industrialización sin deterioro ecológico) del Tercer Mundo hasta el 0,7% del PNB. "España", comenta Vargas, "no quiere aumentar sus ayudas. De acuerdo con que somos de los más pobres de la CE, pero no se dan cuenta de que también podemos ser de los más afectados por las oleadas de inmigrantes africanos que abandonan sus países porque no tienen con qué vivir".
"Sin embargo", continúa, "no sólo los gobernantes son los culpables; ellos tratan de responder a las inquietudes que encuentran en la sociedad; y la sociedad española, en contra de las tendencias europeas, sigue sin mostrar auténtica preocupación por el Tercer Mundo".
No sólo en África se agrava el hambre. Un rápido repaso por el planeta muestra que Perú y amplias zonas de Bolivia viven una alarmante sequía. Bangladesh atraviesa una penosa situación provocada por los cientos de miles de refugiados birmanos. Y el pueblo kurdo, de regreso a sus lugares de origen, se está encontrando sus casas y campos arrasados.
¿Es eficaz la ayuda internacional? Vargas responde: "Es absolutamente necesaria". ¿Llega a su destino, a quienes se están muriendo de hambre? "Aunque los que ostentan el poder en esos países siempre intentan desviar una parte de la ayuda hacia sus propias necesidades y sus ejércitos, la mayor parte sí llega a su destino. Las organizaciones supranacionales y las no gubernamentales cada vez controlan más los envíos". ¿Empeora África? "La verdad es que sí", reconoce este médico sin fronteras.
