Fallece Fabià Puigserver, alma del Teatre Lliure
El escenógrafo y director catalán impulsó, un nuevo concepto de arte escénico
JACINTO ANTÓN, Fabià Puigserver, uno de los escenógrafos que mejor han sabido extraer virtualidades poéticas e intenciones dramáticas de los materiales, ha fallecido en su domicilio tras haber permanecido varios días hospitalizado en el Clínico. Sus amigos Lluís Pasqual, director del, Odeón-Teatro de Europa de París, y Lluís Homar, primer actor del Lliure, no se han movido de su lado en la fase terminal de la enfermedad. El cuerpo de Puigserver será incinerado hoy sin ningún tipo de ceremonia, por deseo expreso del fallecido. La noticia de la muerte, pese a que el estado crítico de Puigserver era bien conocido en el mundo teatral, ha causado conmoción. Fabià Puigserver era una de las personas más admiradas, respetadas y, queridas de la escena catalana. Un hombre de enorme carisma y un creador irremplazable.
Hijo del exilio, Fabià Puigserver marchó al sur de Francia con su familia al acabar la guerra civil, cuando apenas contaba un año. Puigserver vivió esos tiempos y los no menos duros de la ocupación alemana en condiciones precarias.
En 1944, fue enviado a Barcelona con unos parientes y allí vivió cuatro años, pero al darse cuenta sus padres de que el régimen franquista no caía, fue conducido de nuevo a Francia, a Tolosa.
Su madre lo llevaba con frecuencia al teatro. La primera ópera a la que asistió en su vida, Parsifal, dejó conmocionado al niño, que comenzó a reproducir escenarios con cajas de zapatos. La pasión por la ópera no le abandonó en toda su vida.
En 1951, la familia se enteró de que el padre, deportado de Francia, se encontraba en Varsovia, se trasladaron todos allí-Puigserver siempre consideró esa etapa polaca como su etapa de formación: en Varsovia decidió estudiar escenografía y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes. En la capital polaca, se relacionó con círculos intelectuales y se formó una sólida cultura europea. En 1959, se produjo el retorno a Barcelona.
Escenografías de impacto
A principios de los años sesenta, Puigserver inició su vinculación a grupos de teatro y en 1966 fue cofundador del Grup Teatre Independent, con el que creó escenografías de gran impacto e inició la reformulación de las relaciones espacio escénico-público, que debía ser uno de los sellos de su producción artística.
De esa etapa de los sesenta son escenografías como la de Primera història d'Esther, de Espriu, con dirección de Ricard Salvat; ,Algú a l´altre cap de peça, de Pedrolo, dirigido por Marla Aurèlia Capmany, y El adefesio, de Alberti, con dirección de Mario Gas. En 1971, se convirtió en jefe del departamento de Escenografía del Institut del Teatre de Barcelona. La escuela de Puigserver es perceptible en numerosos profesionales: no sólo en la manera de enfrentarse a la creación de espacios con imaginación ("hay que sugerir y no mostrar", decía) y con un espíritu abierto e innovador, sino en la manera de escoger y tratar los materiales. Alguien ha dicho que Pulgserver era un poeta de los materiales; sabía proporcionarles una dignidad, incluso a los más humildes, y una dimensión sobrecogedoras. Puigserver era además un escenógrafo menestral que trabajaba con las manos: nunca dejó de subrayar a sus alumnos la importancia de saber coser y pintar ellos misrnos. El mismo año 1971, el escenógrafo trabaja con el director Víctor García en la inolvidable Yerma de Núria Espert. Siguen diversas escenografias para compañías de Madrid: Lisístratal por la compañía de Aurora Bautista, con dirección de José Luis Gómez; La señorita Julia, de Strindberg, y Canta, gallo acorralado, de O'Casey, ambas con dirección de Marsillach.
En 1975, Puigserver crea la escenografia de Alias Serrallonga pa ra Els Joglars y trabaja por primera vez con Lluís Pasqual: La setmana trágica, con el grupo de la Escola de Teatre de l'Orfeó de Sants. Al año siguiente se-embarca en una aventura fundamental en su vida y en la vida cultural catalana: la creación del Teatre Lliure. Puigserver es cofundador del pequeño espacio polivalente de Gràcia y el principal responsable de las increíbles posibilidades que la compañía consigue arrancarle. Es una época de enorme efervescencia creativa, en la que nacen espectáculos, siempre con Pulgserver como escenógrafo, como Camí de nit, 1854 (dirección de Pasqual); Mahagonny, de Brecht, con dirección del propio Puigserver; La cacatua verda, de Schnitzler (dirección de Pere Planella); Leonci i Lena, de Büchner (Pasqual); Titus Andrònic, de Shakespeare (Puigserver); Hedda Gabler, de lbsen (Planella); La vida del re¡ Eduard II dAnglaterra, de Marlowe-Brecht (Pasqual, con Josep Marla Flotats de protagonista); La nit de les tríbades, de P. O. Enquist (Puigserver); La bella Helena, de Offenbach-,Hacks (Planella); Les tres germanes, de Chéjov (Pasqual); Jordi Dandin, de Molière (Puigserver); El balcó, de Genet (Pasqual)... Puigserver compagina sus trabajos para teatro con la creación de escenografías para ballets y óperas, y cuando Lluís Pasqual es nombrado director del Centro Dramático Nacional, en 1981, inicia una fructífera colaboración que culmina en montajes celebérrimos como Luces de bohemia, de Valle Inclán, y El público, de Lorca.
La salida de Pasqual del Lliure deja a Puigserver como máximo responsable directo del teatro. La casa de Gràcia sigue estrenando espectáculos que permanecen indelebles en la memoria de los aficionados: Advertència per a embarcacions petites, de Tennessee Williarris (Carlos Gandolfo); Lheroi, de Rusiñol (Puigserver); Al vostre gust, de Shakespeare (Pasqual); Un dels últims vespres de carnaval, de Goldoni (Pasqual); La senyorela Júlia (Pulgserver); El 30 dabril, de Joan Oliver (Planella); Lorenzaccio, LorenZaccio, de Musset (Pasqual)... Temporada a temporada, se van incorporando nuevos actores y directores, hasta el punto de que hoy en día es difícil encontrar algún profesional de la escena catalana que no haya pasado por el Lliure. El espacio de Grácia, sin embargo, empieza a quedarse pequeño, no sólo por sus medidas, sino como concepto: el Lliure necesita crecer, adaptarse a las nuevas modas de grandes montajes; tener la capacidad de abordar mayores empresas y llegar a un público más numeroso. Puigserver inicia lo que será un verdadero calvario para sacar adelante los planes de futuro del Lliure, un colectivo que no es demasiado bien visto por los poderes públicos a causa de su rabiosa independencia.
Incertidumbre
Verdadero motor de la Fundació Teatre Lliure-Teatre Públic de Barcelona, nacida para conducir el cambio, Puigserver pasó sus últimos años lidiando con las instituciones para comprometerlas más profundamente en el futuro del teatro. Su enfermedad, en un penoso ciclo de recuperaciones y recaídas, motivó que las últimas temporadas del Lliure estuvieran marcadas por la incertidumbre y los cambios de última hora. Realizó su último montaje, una Terra baixa moderna y fiel a la vez a Guimerá, en condiciones físicas límite.
Tuvo Fabià Pulgserver, al menos, la satisfacción de ver el destino del Lliure aparentemente encarrilado: el Ayuntamiento le cedió generosamente el Palau de l'Agricultura, en Montjuïc, para dar cobijo a la nueva sede, y el mismo Puigserver pudo presentar el mes de abril, en el que fue su último acto público, la maqueta del nuevo teatro, construida con sus propias manos con el amor y la profesionalidad que ponía en todas sus creaciones.
Babelia
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