La URSS acudirá a la cumbre de Londres con un amplio abanico de alternativas económicas
El líder soviético, Mijail Gorbachov, acude a Londres con un amplio abanico de alternativas económicas, cuya resultante en la práctica dependerá del grado de ayuda que Occidente esté dispuesto a prestar para una amplia apertura de la URSS a la economía de mercado libre. Ésta fue la impresión que se desprendió ayer de una conferencia de prensa dada por el jefe del Gobierno, Valentín Pávlov, y su viceprimer ministro, Vladímir Shcherbakov, quienes explicaron el contenido del programa anticrisis suscrito por el Gobierno de la URSS y representantes de 10 repúblicas soviéticas.
El plan, que fue firmado por Gorbachov el 5 de julio pasado, cuenta con el apoyo de las nueve repúblicas soviéticas dispuestas a suscribir el Tratado de la Unión y el de Armenia. Fuera quedan Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia y Georgia. El plan, que tiene una duración de un año y medio comenzando el 1 de julio pasado, prevé que las repúblicas no firmantes sean tratadas como socios extranjeros, lo que equivale a introducir un comercio a precios internacionales y en divisas, con impuestos y aranceles a partir del momento en que se firme el Tratado de la Unión. No obstante, Shcherbakov dijo ser partidario de que tal trato comience a funcionar a partir de octubre de este año.Las repúblicas firmantes realizarán sus transacciones en un espacio económico único con una única divisa y sin tarifas aduaneras. Además, tienen a partir del primero de julio la jurisdicción sobre las empresas instaladas en su territorio y competencias para controlar su comercio exterior.
Gorbachov va a Londres acompañado del economista radical Grigori Yavlinski, así como los miembros del Consejo de Seguridad Yevgueni Primakov y Stepán Sitorián, además del consejero presidencial Vadim Medvédev y de Shcherbakov.
Este funcionario parecía ayer mucho más receptivo que Pávlov ante el plan de Yavlinski. Shcherbakov señaló que en cuestión de principios económicos este plan no se diferencia del programa del Gobierno, aunque existen diferencias de matiz. Shcherbakov mencionó la existencia de una visión más amplia del régimen estatal soviético y de la cooperación con Occidente en el plan de Yavlinski. Asimismo, en este plan, dijo, está la idea de organizar una Unión económica con todas las repúblicas que forman la URSS al margen de la unidad política y estatal.
Otra diferencia, según Shcherbakov, son los ritmos de realización. Yavlinski parte de los métodos de choque y el Gobierno pone más énfasis en el mecanismo de compensación. Ello se debe a que el plan gubernamental se ha hecho sin tomar en consideración la posible ayuda occidental, en tanto que Yavlinski integra ese factor como un elemento sustancial. El elemento de choque, sin embargo, es inevitable, aseguró. El programa anticrisis, publicado por el diario Izvestia, prevé, según Shcherbakov, que el nivel de vida de los soviéticos baje un 12% y que el punto crítico se alcance en los meses de octubre o noviembre de este año. Para 1992, si las condiciones son óptimas, el nivel de vida de la URSS será el de 1990.
Los altos funcionarios no dieron detalles concretos sobre los elementos que Gorbachov desarrollará en Londres ante sus interlocutores de los países industrializados, pero dieron a entender que la postura del líder era flexible y está abierta a nuevos factores. Gorbachov tiene intención de exponer un conjunto de medidas que estimulen el flujo de capital -sobre todo privado- a la URSS, no de tomar créditos.
Rusia y Ucrania han hecho constar objeciones al sistema de impuestos contemplado por el programa anticrisis. Ambas quieren entregar al Centro únicamente una cantidad fija y se oponen al sistema impositivo de doble canal. Sin embargo, el Gobierno central confía en que cambiarán su posición. Shcherbakov manifestó que las posiciones de Rusia y Ucrania se habían modificado un poco, aunque el problema no está resuelto.
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