Carreras, Sabina y Sacristán triunfan en Buenos Aires
'Mi querido general', de Armiñán, gusta a los militares argentinos
El tenor José Carreras, el cantante Joaquín Sabina y el actor José Sacristán triunfan en sus actuaciones en Buenos Aires y durante varios días llenaron con sus opiniones espacios en todo tipo de medios de información. Al mismo tiempo, en la sala de la calle Corrientes dedicada al cine español se observa la presencia de militares argentinos de paisano que se parten de risa con la película Mi general, de Jaime de Armiñán.
La presencia simultánea de Carreras y Sabina en Buenos Aires, más la ya habitual desde hace dos meses de Sacristán, ha constituido un acontecimiento en Buenos Aires. Carreras cantó en el Colón, que se llenó de bote en bote, y las ovaciones le obligaron a dar cinco propinas. En su segundo recital Carreras llenó con 7.000 espectadores el Luna Park. Durante su estancia en Buenos Aires Carreras asistió a un sensacional partido de fútbol, Boca-Racing, en la cancha del Boca, que ganó por 6-1. A pesar de la fría y lluviosa mañana otoñal, el tenor no quiso retirarse a un palco cerrado para no perderse la atmósfera única de los gritos y cánticos de los barras bravas.Además de asistir al fútbol, Carreras se entrevistó con el presidente Carlos Menem y hasta soportó, con ejemplar aguante, una fiesta en su honor de los organizadores de sus recitales, en la que todo degeneró en un intento de promocionar una marca de fideos a base de colocarle baberos a los asistentes con el nombre de la fábrica. El tenor español despertó curiosidad en su primera actuación en Buenos Aires tras recuperarse de su enfermedad. Este interés del público se reflejó en la venta de su libro autobiográfico, que se agotó en quioscos y librerías.
Morbo
Este morbo que provoca Carreras le convierte en un fenómeno más allá de sus cualidades como tenor. En la rueda de prensa, buena parte de las preguntas se centraron en su enfermedad. Recordó Carreras que cantó en 1986 la Misa criolla, de Ariel Ramírez, a propuesta de Jutta Olsson, asesora artística del teatro Colón, y hoy considera esa pieza "mi manera de dar gracias a Dios por el milagro que produjo" con su curación.Sobre el auge de los cantantes españoles de ópera declaró que no es el resultado de una política planificada: "Hemos nacido por generación espontánea", y añadió que "para formar grandes músicos se necesita infraestructura. Hoy las cosas son diferentes, pero en 40 años de franquismo no era la música a lo que se dedicaba el régimen". También criticó Carreras los "vericuetos" de la burocracia de la Comisión del Quinto Centenario en la ópera Colón.
En los dos recitales el público era una auténtica barra brava de Carreras. Apenas le dejaban terminar y ya estallaban las ovaciones, sobre todo en las piezas populares y cuando el tenor tenía que elevar al máximo la voz. El Colón se llenó a tope, hasta el escenario, pasillos y laterales. El público aplaudió con discreción las canciones barrocas y se volcó en ovaciones cuando cantó las propinas de Cuore ingrato o el 'No puede ser' de La tabernera del puerto. El teatro se venía abajo cuando se despidió con Granada.
En el Luna Park Carreras cantó acompañado por la orquesta del Colón, dirigida por Enrique Ricci, y ayudado por la megafonía. El recital tuvo un contenido muy digerible y el público le despidió con gritos de ¡ídolo!" y "¡Bravo, Pepe!".
El lleno del Luna Park no impidió que a la misma hora Sabina colmase las más de 2.000 localidades del Gran Rex en la calle Corrientes. Sabina tiene una masa de seguidores en Buenos Aires entre los jóvenes, que predominaban entre el público, mezclados con algunos náufragos del 68 con ánimo de reciclarse y subirse al último tren. Llenó el teatro Sabina en sus tres actuaciones y estrenó una canción, Nos dieron las diez, con ritmo de ranchera mexicana.
Excombatiente
A pesar de su actualidad y de alguna petición del público, no cantó El Dioni. Sobre este personaje dijo en broma, en la rueda de prensa, que no iba a medias con él, sino "al 75%", y añadió: "A El Dioni no le conozco de nada. Hice la canción por los periódicos. El incluso está enfadado conmigo porque ha dicho que no he ido a verle a la cárcel, pero siempre que tuve la oportunidad de ir a verlo a la cárcel era con periodistas o cosas así, y me parece que eso lo ensuciaba un poco y que era mucho más lindo hacerle una canción sin conocerlo. A los mitos no hay que conocerlos, porque ya no son tan mitos. Yo prefiero pensar que El Dioni es como yo lo imagino".Peor librado que El Dioni salió el presidente de Gobierno, Felipe González, en las manifestaciones de Joaquín Sabina cuando dijo: "Yo me encuadro dentro de la izquierda, pero en un sentido amplio. Creo que soy un mutilado de guerra, excombatiente. Pero los políticos me parece que son estafadores profesionales, la inmensa mayoría, y Felipe González es un claro ejemplo". A la pregunta "¿lo considera un traidor?", Sabina respondió: "No, pero ha mentido muchas veces. Hay pruebas. Nos ha mentido a la ciudadanía, y eso me parece que es estafar a la gente, sobre todo cuando haces una promesa electoral".
Parte del paisaje
Completa el trío de españoles que triunfan en Buenos Aires el actor Pepe Sacristán, como todos le llaman por aquí. Sacristán ya parece formar parte del paisaje porteño. Resulta casi imposible abrir un periódico, una revista, enchufar la radio o conectar el televisor sin encontrarse a Sacristán. Para completar su presencia, Sacristán acaba de iniciar una serie de programas los lunes, de once de la noche a una de la madrugada, en Radio Rivadavia. Aunque todo el mundo en Buenos Aires recuerda con nostalgia la película Solos en la madrugada, donde Sacristán representaba a un charlista radiofónico, el título del programa del actor se llama Delante de las narices.Además de su escarceo radiofónico, Sacristán sigue con éxito con la obra de Miguel Delibes Las guerras de nuestros antepasados. Cada día, cuando aparece por primera vez en escena Sacristán, el público lo recibe con una ovación.
Babelia
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