Fábrica biológica
Cuando hace dos años la FAO confirmó la presencia en Libia de la mosca asesina, considerada el insecto más destructivo del ganado en el continente americano, se acudió a los expertos que han luchado durante años contra esta plaga en Estados Unidos y México, hasta exterminarla mediante la lucha biológica.La fábrica de moscas estériles instalada en Tuxtla Gutiérrez (sur de México), única en el mundo, ha sido fundamental para ganar la batalla. Tiene una capacidad de producción semanal de hasta 500 millones de moscas asesinas, cuyas larvas son alimentadas con una pasta de sangre, huevo y leche, y son esterilizadas por irradiación de rayos gamma. Las moscas estériles se dispersan en las zonas infectadas para interrumpir el cielo vital de estos insectos.
La mosca gusanera, descrita por primera vez en 1825, producía unas pérdidas a la industria ganadera del sur de EE UU superiores a los 500 millones de dólares cada año y de 130.000 millones en México. En estos países está erradicada la plaga desde 1982 y 1985, respectivamente.
"Todavía hay gusano barrenador del ganado en Haití, en la República Dominicana y posiblemente en Cuba", afirma el veterinario mexicano Luis Fernando Liera, uno de los expertos destacados a Libia para combatir la plaga en África. "Actualmente se mantiene una barrera de control con moscas estériles en Panamá y se realizan programas de erradicación en Guatemala y Belize", explica. Sin embargo, en Suramérica, donde la mosca asesina es endémica, no se está tomando ninguna medida.
La mosca asesina, capaz de volar hasta 200 kilómetros, difícilmente podría cruzar el Mediterráneo y alcanzar las costas del sur de Europa, al menos si la plaga no se extiende desde su ubicación actual en Libia. "Pero puede llegar a los países europeos en algún embarque de ganado o en barcos y aviones", considera Liera, y comenta que en la mayor parte del territorio la mosca no sobreviviría al invierno.
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