Un guión para el mejor

Desde la Comunidad Europea, con su programa Script, pasando por el Instituto del Cine (ICAA) español e instituciones privadas, como la recién creada Fundación Viridiana, todo apunta a que las cinematografías española y europea comienzan a descubrir la importancia capital de la escritura cinematográfica y, a base de cursos, concursos y discursos, se están lanzando como locos a por un guión para el mejor. Como si de aquel -Un millón para el mejor- viejo concurso televisivo se tratara, las 130.000 horas audiovisuales que consumen los europeos en la actualidad y la meta del mercado único de enero de 1993 han desatado una fiebre de guiones, de necesidad de crear historias para contar en imágenes, como nunca había ocurrido en el pasado.Antes, un guionista se veía obligado a recorrer las oficinas de los productores para, si se producía el milagro, convencerles de que su historia podía llevarse a la pantalla, ya fuera ésta grande o pequeña. Ahora, sin que el precio por un guión en España sirva para que su autor viva de él, la situación podría llegar a ser diferente, pues desde la Comunidad Europea hasta el mismísimo Ministerio de Cultura o la recién creada y privada Fundación Viridiana, se intentan abrir caminos diferentes.

Un año de Script

El programa europeo Script, que en un año de funcionamiento ha seleccionado un centenar de proyectos -de los que sólamente uno era español: El joven Picasso, de Juan Antonio Bardem para televisión-, acaba de aprobar una nueva serie de proyectos de guiones, entre los que se incluyen cinco españoles más: Freedom is flesh and blood, de J. Bakedano para serie de televisión; La muerte y la primavera, de Teresa Enrich y Agustín Villaronga con destino al cine; Nuestra querida Paulina, de Lola Salvador y Alfredo Matas, para serie de televisión; Compás de la mancebía, de Carlos Saura junior para serie de televisión; y Juan Belmonte, de Juan Sebastián Bollaín, también con destino a la televisión.

El Script -European Script Fond-, presidido por el cineasta británico Richard Attenborought, y con un consejo de administración en el que representa a España el productor Andrés Vicente Gómez, "da dinero a un escritor cinematográfico, previa presentación de una sinopsis, para que escriba un guión que, con apoyo de las instituciones europeas, es bastante factible que se ruede" según el productor español. El sueldo del escritor cinematográfico cuya sinopsis ha sido seleccionada por Script, "depende del país en que vive", explica Gómez, "porque el sueldo medio de un guionista en España es de 4,5 millones de pesetas, mientras que en Gran Bretaña es de 20 millones". "Están llegando numerosos proyectos".

A Script se han presentado, o han sido presentados, no sólo escritores cinematográficos noveles sino también guionistas de prestigio y hasta un ministro. Este ha sido el caso de Jorge Semprún que, "`sin que él se vaya a beneficiar en nada ni tenga nada que ver con el terna", explica Enrique Balmaseda, director del Insituto del Cine (ICAA), un guión escrito por él sobre Bertolt Brecht ha sido presentado por Francia, para una serie de televisión titulada El círculo de tiza. "`En 1986", cuenta Balmaseda, "Semprún hizo un guión para una película por encargo de un productor francés. Ahora, el proyecto ha sido transformado en serie de televisión por dos coguionistas, Michael Hasting y Jimmy Finsten, y presentado por Francia al Script".

Aparte de los programas audivisuales europeos de apoyo a la escritura cinernatográfica, el ICAA ha decidido apoyar por vez primera la creación de guiones. Se ha establecido un fondo de 60 millones de pesetas que este año, concederá 10 ayudas de tres millones de pesetas a otros tantos guiones y 20 ayudas de un millón y medio de pesetas a veinte guiones más. "Tenemos muy claro que el guión es el primer elemento necesario para una película y hay que apoyarlo. Si todo funciona como esperamos, estamos dispuestos a duplicar a 120 millones de pesetas el año que viene los recursos económicos para incentivar los guiones", explica Balmaseda.

Pero, además de la propia Administración, una institución privada, la recién creada Fundación Viridiana, en la que participan Mario Onaindía, Fernando Lara y Jorge Martínez Reverte entre otros, se encargará de poner en marcha un curso anual de escritura cinematográfica, mediante un acuerdo que se acaba de firmar (el pasado jueves) entre la Universidad Autónoma, Ministerio de Cultura y Comunidad de Madrid. "De acuerdo con la Universidad Autónoma, vamos a participar en la puesta en marcha de este curso, teórico y práctico, de master en escritura cinematográfica, que durará nueve meses y comenzará el próximo octubre. Se podrá apuntar a él cualquier titulado superior. Uno de los profesores será José Luis Borau y el aforo del curso va a ser de 25 personas", explica Reverte.

Fundación Viridiana

"La experiencia que vamos a organizar en la Universidad Autónoma", añade Reverte, "es nueva en Europa y pensamos que ahora, ante la demanda auviovisual europea que tenemos por delante, existe un interés real por parte de la Administración para la formación de guionistas. Lo que sigue sin haber es gran interés por parte de los productores porque tratar con guionistas con un mínimo de formación, supone renegociar sus condiciones económicas y laborales".

Estas condiciones de trabajo del guionista en España hacen ser escéptico hacia esta fiebre por el guión a Manuel Matji, presidente de la Asociación de Escritores Cinematográficos (ALMA). "Se habla mucho del auge del guión, pero es una mentira y no soy optimista con tantos cursos y gaitas: no creo que de ahí salgan nuevos guionistas. Éstos saldrán cuando sea un trabajo bien pagado y, así, el productor pueda exigir al guionista".

Dice Matji: "`Hace un año de cidimos crear ALMA, que agrupa a 60 guionistas, para remediar el trato injusto que recibimos de la Sociedad de Autores (SGAE), que está creada por músicos y defiende los intereses de éstos, que no los nuestros". Y añade: "Por desgracia, el guionista es el primero que ve la película, el primero que trabaja en ella y el primero que se retira de ella; y esto pasa en todas partes. Aquí, además, cobramos sueldos de risa, entre 2 y 4 millones de pesetas, que es un porcentaje irrelevante del presupuesto del filme".

Fernando Trueba, productor, director y guionista, afirma: "La importancia que está cobrando el guión obedece a que ahora hay más demanda y menos oferta, pues el público ya no es sólo es pañol sino europeo, y no hay guionistas suficientes. Luego está el problema de lo mal pagado que está el guión en España: oscilan entre nada y muy poco"

Todos, de productores a directores pasando, obviamente, por los propios escritores cinematográficos, coinciden en que las películas se escriben con imágenes pero, previamente, se describen con palabras. Ya superada, por estéril, la vieja polémica del director-autor, el guión va recobrando importancia. Aunque, añade Matji, "la crisis del cine es mundial, porque nunca se habían hecho como ahora películas con peores guiones".