Historias reales en clima cálido

Dominique Lapierre cuenta, acerca de los críterios que le llevan a decidirse por un tema a la hora de escribir sus libros: "Me esfuerzo en elegir siempre un tema universal cuyos componentes, es decir, los personajes, sean héroes positivos; por eso siempre tengo gran capacidad para entusiasmarme con los personajes de quienes hablo. A título de contraejemplo, puedo asegurar que jamás haré un libro sobre el general Noriega o los jefes del cartel de Medellín".

El escritor indica también: "Una cuestión importante para mí es que el lugar de la acción y de la investigación sea un sitio donde esté dispuesto a pasar semanas o meses, incluso años. Por ejemplo, detesto el frío, y eso quiere decir que jamás haré una historia que suceda en Alaska o en Groenlandia. Es preciso que el lugar, los personajes y el tema configuren una historia de amor para mí, que me atraigan, que me provoquen ese ansia de conocer y de llegar hasta los últimos confines de una historia, que es lo que permite pasar largos períodos investigando y tener al final, como en el caso de Más grandes que el amor, material suficiente para escribir quince libros. Pero no se trata de escribir quince libros, sino sólo uno: el bueno".

Temas incitantes

Más allá de eso, Lapierre es vago acerca de sus próximos proyectos, aunque admite que el mundo actual "está lleno de temas incitantes, desde el final del comunismo en Europa del Este y la Unión Soviética hasta América Latina, un continente que merece la pena explorar y donde hay temas muy poco tratados. Otro lugar apasionante sería China, pero sólo si fuera posible investigar en libertad".

Sobre su relación con su antiguo socio, Larry Collins, con quien escribió sus primeros libros, Lapierre dice: "Seguimos siendo excelentes amigos, pero nos dedicamos a cosas diferentes. Él prefiere tratar temas de ficción, que a mí no me interesan. No descartamos volver a trabajar juntos, pero mi única condición es que no se trate de un tema de ficción, porque la realidad es más apasionante".