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Bonn apremia a Berlín Este para que ponga en marcha la economía de libre mercado

El Gobierno de Bonn presionó ayer al de Berlín Oriental para que efectúe con la máxima rapidez las reformas legales que permitan el desarrollo sin trabas de una economía de mercado en la República Democrática Alemana (RDA) cuando el próximo día 2 de julio se lleve a cabo la unión monetaria entre los dos países. El canciller alemán occidental, Helmut Kohl, en un discurso ante el Bundestag (Cámara baja del Parlamento), abordó el tema de la unidad europea y sugirió, entre otras cosas, un aumento de los poderes de control del Parlamento Europeo y el desarrollo de una política exterior y de seguridad común entre los Doce.

En el aspecto político-militar de la unificación alemana, el ministro de Exteriores de la República Federal de Alemania (RFA), Hans-Dietrich Genscher, se alineó ayer con la opinión expresada por el canciller Kohl en contra de la postura soviética de congelar el problema de la pertenencia a la Alianza Atlántica de la Alemania unificada a cambio de dar vía libre a la unificación interior.La radical postura tomada por el canciller el miércoles cuando calificó de "fatal" esta propuesta soviética se había entendido en la capital alemana occidental como una velada acusación contra su ministro de Exteriores de ser demasiado débil con las intenciones del Kremlin.

Kohl, en su discurso ante el Bundestag, estableció cuatro puntos básicos en el camino hacia la unión política europea. El primero consiste en un aumento del poder de control del Parlamento Europeo y de sus competencias. El segundo contempla una mayor cohesión y solidaridad de los países de la CE en todos los ámbitos de la política. En tercer lugar, Kohl propuso "un progreso hacia una política. exterior y de seguridad común". Por último, el canciller pidió una mayor eficacia en el trabajo de las instituciones comunitarias.

La reticencias de la coalición gobernante en Berlín Oriental para poner en práctica las reformas legales que permitan compaginar la llegada del marco occidental con el despegue de una economía basada en las reglas del mercado han llevado a Bonn a dar la primera señal de alarma.

El canciller Kohl dijo con meridiana claridad que Bonn no estaba dispuesto a entregar sus marcos a la RDA si no se llegaba a un acuerdo concreto sobre las reformas que han de ponerse en marcha.

El Gobierno de Berlín Este ha empezado ya a poner condiciones. Ha hecho promesas en el sentido de que establecerá barreras que impidan a los alemanes occidentales comprar propiedades y bienes al otro lado del Elba, lo que para Bonn es una manera de impedir las inversiones. El ministro portavoz, Hans Klein, anunció ayer que se estaba llegando a un acuerdo para permitir a los ciudadanos de la RFA adquirir propiedades que supongan la creación de empleo, pero el propio Klein admitió que no estaba seguro de si sería aceptable para Berlín Oriental. De hecho, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) ya ha propuesto una ley que impida a los alemanes occidentales apropiarse de los bienes de producción durante un periodo de 10 años a partir de la unificación.

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Lo cierto es que miles de alemanes orientales han empezado ya a usar las armas de los trabajadores en el mundo capitalista. Los maestros ya han organizado varias huelgas parciales acompañadas de manifestaciones para pedir seguridad en sus empleos y aumentos de salarios.

Los agricultores han optado por cortar numerosas carreteras y vías férreas en los lugares fronterizos con la RFA, en protesta por el flujo de productos occidentales.

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