Continúa el rechazo al 'niño burbuja', pese a que la Xunta ratifica que no tiene sida

Los padres de los alumnos de preescolar del colegio público de Cerdedo (Pontevedra) mantuvieron ayer su actitud de no enviar sus hijos a clase, pese a que el propio consejero de Sanidad de la Xunta, Manuel Montero, envió una carta al centro para confirmar que el pequeño de cinco años Iván Garrido no es portador de anticuerpos del sida. En Zaragoza, los hermanos Rubén y Jennifer, de cuatro y dos años, respectivamente, seropositivos, no acudieron ayer a sus colegios en el barrio de La Cartuja, porque su madre se niega a que sean fotografiados y se conviertan en "los niños del sida".

Iván Garrido no asistió ayer a clase porque se desplazó a Madrid para participar en un programa de televisión. Sólo uno de sus compañeros estuvo ayer en el aula y en el otro grupo de preescolar del colegio asistieron dos de los 14 alumnos.El consejero de Sanidad envió el pasado sábado una carta al director del centro y alcalde de Cerdedo, José Luis Jorge, en la que confirma que el niño padece una inmunodeficiencia congénita y no es portador de anticuerpos del sida. Esta comunicación fue recibida el mismo sábado por el director del centro, pero los padres mantuvieron ayer su postura acordada en una asamblea que se celebró el pasado viernes.

Esta asamblea puso de manifiesto la existencia de fuertes discrepancias entre los padres, ya que algunos eran partidarios de enviar de nuevo a los niños a clase e incluso increparon al resto por resistirse a variar su actitud. José Luis Jorge se comprometió ayer a enviar una copia de la carta del consejero a todos los padres para intentar que reconsideren su postura. Los padres argumentaban que todavía no tenían constancia oficial del informe de las autoridades sobre el estado de salud de Iván.

Rechazo a las cámaras

Por otro lado, los hermanos Rubén y Jennifer, de cuatro y dos años, portadores de anticuerpos del sida, no acudieron ayer a sus centros de enseñanza en el barrio de La Cartuja, de Zaragoza, pese a que la comunidad escolar (claustro de profesores y asociación de padres de alumnos) se ha pronunciado a favor de su escolarización, informa Javier Ortega. Los dos pequeños permanecen recluidos en su casa, por expreso deseo de su madre, que ha declarado que no volverán a clase mientras haya fotógrafos o cámaras de televisión en las inmediaciones del colegio. No quiere que sus hijos sean "los niños del sida".

Los dos hermanos contarán con tutores especialistas para atenderles bien de manera permanente o esporádica, y en el centro se llevará a cabo un programa de actuación conjunta entre padres, alumnos y profesores. La madre, Angelines, una heroinómano de 32 años que ha estado en tratamiento, acudió ayer al centro Ángel Escoriaza, donde estudia Rubén, para entrevistarse con técnicos del Ministerio de Educación y ultimar detalles sobre lo que se cree pronta vuelta de los niños a clase. Tan sólo un grupo reducido de padres, no más de seis de los 220 alumnos del colegio, han mostrado su reticencia a que sus hijos compartan las clases con Rubén y Jennifer. Esta última va a la guardería del barrio.

Por su parte, el investigadoor francés Luc Montagnier, uno de los descubridores del virus del sida abogó por la plena integración escolar de los niños infectados por el virus, en una entrevista concedida a EL PAÍS en el Instituto Pasteur informa Lucía Argos. "Las personas seropositivas, tanto niños como adultos, deben llevar una vida normal", recalcó Montagnier. "Tras cuatro años de investigación en un instituto pedagógico, donde estudiaban algunos escolares hemofilicos infectados por el virus del sida, hemos podido Íemostrar que no se ha producido ningún tipo de contagio, aunque vivieran e, incluso, durmieran con sus compañeros sanos", explicó el investigador francés.

Los mismos resultados pueden aplicarse en el caso de niños que hayan desarrollado la enfermedad, según Rafaél de Andrés, secretario general del Plan Nacional contra el Sida.