Desmovilización en entredicho
Unos 12.000 hombres, armados y sostenidos durante ocho años por los Estados Unidos, es el núcleo de la contra, cuya desmovilización ha sido pactada el 23 de marzo pasado en Toncontín -Honduras- por emisarios de la presidente electa de Nicaragua, Violeta Chamorro, y dirigentes de los rebeldes. La fecha fijada para esta desmovilización fue el 20 de abril, cinco días antes de que Chamorro asuma el gobierno.Según fuentes sandinistas una parte de los hombres en armas regresó a Nicaragua desde Honduras, donde estaba el santuario tradicional de estos efectivos. Los sandinistas consideran que los rebeldes que cruzaron la forntera aspiran a conservar las armas más allá de la fecha pactada. La suspicacia es mantenida por otros analistas quienes consideran que subsisten serias dudas sobre la disposición de una parte de los efectivos de la contra a aceptar la desmovilización. El acuerdo de Toncontin prevee el reagrupamiento de los hombres de la contra tras su desarme en zonas de Nicaragua bajo control de efectivos de las Naciones Unidas.
El presidente saliente de Costa Rica, Oscar Arias, el lunes pasado que la fecha prevista del 20 es el límite máximo para la desmovilización.