Claves | ¿Qué Estado palestino reconoce España al hablar de las fronteras de 1967?
La entidad estatal a la que se refiere el presidente Sánchez abarca los territorios de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este
La historia de la pugna entre Israel y los palestinos ha tenido desde 1948 una constante que el filósofo palestino Edward Said definía como la de la “continua enajenación de tierras” por parte del primero en detrimento de los derechos de los segundos. Israel es un país que ha evitado definir sus fronteras y tampoco ha reconocido las de los territorios palestinos que ocupa desde 1967: Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este. Aquí es donde se establecería el Estado palestino que este martes ha reconocido España en un Consejo de Ministros; es la formalización de una decisión anunciada la semana pasada con otros dos países europeos: Irlanda y Noruega. En estas claves, se explica por qué se reconocen esos territorios para el Estado palestino y las razones de la insistencia del Gobierno español y del presidente, Pedro Sánchez, en aludir a que esa entidad estatal sea “viable”.
¿A qué se refiere Sánchez al aludir a “un Estado en las fronteras de 1967”?
En 1947, un año antes de la creación de Israel, la Asamblea General de la ONU adoptó un plan no vinculante de partición en dos Estados del mandato británico de Palestina. El plan establecía que al 70% de población palestina se le concedería el 45% de la tierra, mientras que al 30% de población judía, entonces en su mayoría inmigrantes de Europa central y oriental, se le otorgaba el 55%. Este reparto fue rechazado por los países árabes. La proclamación del Estado de Israel, el 14 de mayo de 1948, desencadenó luego la primera guerra árabe-israelí. En 1949, Israel venció y se apoderó del 77% de la Palestina histórica. En el armisticio firmado ese año se establecieron unas fronteras de hecho entre las zonas ya bajo control israelí y lo que quedaba del territorio del mandato británico: la franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, que representan el 22% de la Palestina histórica. En 1967, tras la Guerra de los Seis Días, Israel se apoderó también de esas tres áreas. De ahí la alusión a las fronteras del 4 de junio de 1967, cuando estalló ese conflicto bélico, o simplemente “las fronteras de 1967”.
¿Por qué el Gobierno insiste en que ese Estado tiene que ser “viable”?
Esa coletilla alude de forma implícita a que ahora ese Estado palestino es inviable, fundamentalmente a causa de la ocupación israelí. En los Acuerdos de Oslo, entre 1993 y 1995, de los que se esperaba que dieran paso a un Estado palestino, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) negoció establecerlo en esas fronteras anteriores a 1967. Israel aceptó que se creara una administración autónoma provisional en Gaza y Cisjordania, gestionada por una Autoridad Nacional Palestina (ANP), por un periodo transitorio de cinco años. La ANP aún mantiene en Cisjordania un Gobierno con escasas prerrogativas bajo ocupación israelí. Aquellos acuerdos también dividieron los territorios de Gaza y Cisjordania en tres zonas, A, B y C. La ANP solo accedió a un control muy limitado de dos de las tres zonas, la A y la B. El resto, el 60% de su superficie, la zona C, sigue estando bajo total control israelí, pese a que los pactos de Oslo preveían su entrega a la Administración palestina. Gaza se consideró entonces zona A, pero en 2007 Hamás se hizo con el control de la Franja tras ganar las elecciones y expulsar a la Autoridad Palestina.
¿Cuáles son los obstáculos para esa viabilidad?
Incluso antes de la guerra en Gaza se consideraba que dos de los obstáculos principales para la viabilidad del Estado de Palestina eran la falta de continuidad territorial y la constante apropiación de tierras palestinas por parte de Israel. Gaza y Cisjordania no son contiguas —de ahí que Sánchez haya aludido a un “corredor” entre ambas— e Israel ha construido un muro que separa Jerusalén Este de Cisjordania. Además, el mapa de esta última se asemeja ahora a un queso gruyère por los asentamientos de colonos israelíes, que sirven a Israel como punta de lanza para apropiarse de más tierras y recursos palestinos, construir infraestructuras y expulsar a la población autóctona. En cuanto a Jerusalén, Israel se anexionó toda la ciudad en 1980 y la proclamó “su capital única e indivisible”.
¿Cuántos colonos israelíes viven en tierras palestinas?
En la zona C de Cisjordania, la más rica en recursos naturales, sobre todo hídricos, se han instalado 450.000 colonos israelíes en asentamientos ilegales desde 1967. Otros 250.000 viven en la parte palestina de Jerusalén. Desde el inicio de la guerra de Gaza, Israel ha acelerado el expolio de tierras de palestinos, a las que declara “territorio estatal” israelí, lo que facilita la creación o expansión de los asentamientos de colonos. Israel ya se ha anexionado por ese método un 16% de Cisjordania, según la ONG pacifista israelí Paz Ahora. En 2020, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, anunció un plan, de momento congelado, para anexionarse el 30% de Cisjordania.
La Autoridad Palestina carece de otros de los atributos fundamentales de un Estado, como el monopolio del uso de la fuerza, que sigue en manos de Israel y de su ejército. Las autoridades israelíes controlan las fronteras de facto con los territorios palestinos, su espacio aéreo y marítimo; imponen su moneda, el séquel, y recaudan sus impuestos, unos ingresos que retienen a voluntad como represalia, parcial o totalmente, como sucede desde el inicio de la guerra de Gaza.
¿El reconocimiento de España se apoya en la legalidad internacional?
En su comparecencia de este martes, Pedro Sánchez ha mencionado dos resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, la 242 de 1967, que insta a Israel a retirarse completamente de Gaza, Cisjordania y Jerusalén Este, y la 338 de 1973, que llama a la instauración de una paz “justa y duradera” en Oriente Próximo. El Gobierno, ha dicho Sánchez, no reconocerá “cambios en las líneas fronterizas de 1967 que no sean los acordados por las partes”. El presidente no ha mencionado otra resolución clave de la ONU: la 3236 de la Asamblea General, de 1974, que recoge la libre determinación como uno de los derechos “inalienables” del pueblo palestino.
¿Y en la postura tradicional española?
Cuando España estableció relaciones diplomáticas plenas con Israel en 1986, en la carta entregada a las autoridades israelíes por el diplomático Máximo Cajal se establecía: España “reitera su posición de no reconocer los territorios árabes ocupados por Israel en 1967”.
¿Y en la palestina?
El 15 de noviembre de 1988, en una reunión del Consejo Nacional Palestino en Argel, Yaser Arafat (1929-2004) proclamó el Estado de Palestina en los mismos territorios reconocidos ahora por España. Ello implicaba la asunción implícita del derecho a la existencia del Estado de Israel, pero a cambio de una retirada total israelí, la creación del Estado palestino y el retorno de los refugiados censados por la ONU, que ahora son casi seis millones. Ninguna de esas condiciones se ha cumplido aún. La postura oficial de Hamás, el movimiento fundamentalista que gobierna Gaza, es no reconocer a Israel e incluso reclamar su destrucción, pero desde hace varios años algunos de sus líderes han declarado que aceptarían un Estado palestino en las fronteras anteriores de 1967. En 2017, un documento de la organización lo ponía por escrito; eso sí, sin reconocer el derecho de Israel a existir en ningún lugar de la Palestina histórica.
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