El Gobierno anuncia hoy la apertura de relaciones con Israel
El ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, anunciará esta mañana el establecimiento de relaciones diplomáticas entre España e Israel, culminando así una larga etapa en la que este paso se venía anunciando como "inminente". Prácticamente a la misma hora, el secretario general de Política Exterior del Ministerio Español de Asuntos Exteriores, Máximo Cajal, intercambiará en La Haya -capital de Holanda, país que ostenta la presidencia de turno de la Comunidad Europea- con su homólogo israelí las cartas por las que España decide abrir una embajada en Tel Aviv e Israel hace lo propio en Madrid.El domingo, el presidente del Gobierno, Felipe González, se entrevistará en la capital holandesa con el primer ministro de Israel, Simón Peres, en un encuentro en el que ambos ratificarán esta decisión, largamente anhelada por Tel Aviv y que supone una baza política para el líder laborista.
Con este reconocimiento, tan sólo Grecia, entre los países de la Comunidad Europea, mantiene un estatuto diplomático sui géneris -es decir, no relaciones plenas- con respecto al Estado de Israel.
Máximo Cajal se encontraba ayer en La Haya asistiendo a una reunión de cooperación política europea, junto con el director general de Africa y Oriente Próximo del Ministerio de Asuntos Exteriores, Jorge Dezcallar.
El Gobierno pensó, hace dos semanas, en aprovechar la estancia de Cajal en la capital holandesa para realizar el acto de intercambio de cartas con la mayor discreción.
En la nota española que Cajal entregará hoy a su homólogo israelí, Madrid reitera su posición de no reconocer los territorios árabes ocupados por Israel en 1967.
La nueva embajada estará situada en Tel Aviv y no en Jerusalén, donde España cuenta con un consulado.
Ya había relaciones
Fuentes diplomáticas españolas insisten en que no se trata de un reconocimiento de Israel por parte de España, sino de un intercambio de embajadores. La tesis de la diplomacia española es que España, de hecho, reconocía a Israel, ya que ambos países mantenían relaciones, si bien éstas no estaban formalizadas mediante embajadas.
Estas mismas fuentes afirmaron que España pretende mantener relaciones plenas. "No se trata", precisaron, "de mantener ficciones, abriendo embajada y no nombrando embajador, o nombrando a un joven diplomático de escaso nivel".
Embajadores
Respecto al nombre del primer embajador de España en el Estado de Israel, no parece existir ninguna decisión. En el caso, probable, de que no se tratara de un "embajador político" -es decir, ajeno a la carrera diplomática-, se nombrará, según estas fuentes, "a un diplomático de unos 55 años, con la confianza del presidente del Gobierno y del ministro de Asuntos Exteriores, como los otros que existen en la zona'.
Israel lo tendrá más fácil: Samuel Hadas se ocupará del cargo durante los primeros meses. Hadas ha representado a su país ante la conferencia de Madrid y la Organización Mundial del Turismo (OMT), con sede en la capital española, durante los últimos cuatro años.
A finales del pasado mes de diciembre, Hadas finalizó el plazo que tenía marcado como destino. Sin embargo, el Gobierno de Tel Aviv le dio un plazo dé seis meses más como prórroga.
Él será, pues, el primer embajador de Israel en España, y su Cancillería se establecerá, provisionalmente, en las oficinas de la representación de Israel ante la OMT.
Estas oficinas, situadas en las cercanías del paseo de La Habana de Madrid, fueron alquiladas por los israelíes el pasado otoño, abandonando las que ocupaban en el paseo de la Castellana.
La razón de la mudanza fue doble: en la antigua sede había poco espacio para las crecientes necesidades de la representación y, además, el hecho de estar en un piso antiguo dificultaba las obras necesarias para instalar los modernos equipos de seguridad -con los que cuenta la sede.
La presencia de los israelíes levantó protestas por parte de algunos de los vecinos del inmueble.
Simultáneamente al intercambio de notas en La Haya, se hará público un comunicado en el que España reitera sus posiciones sobre Oriente Próximo y destaca el papel de los palestinos.
Aún faltan varias semanas para que España haga pública sus compensaciones a los árabes por este intercambio de relaciones con Israel. Una de ellas parece que será la elevación de rango de la oficina de representación de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) en España.
De hecho, la OLP tiene rango de embajada: su representante en Madrid asiste a las reuniones de' embajadores árabes que convoca el ministro de Asuntos Exteriores.
En cierto modo, la ambigüedad de esta representación era similar a la de Israel: el representante israelí ante la OMT también ha mantenido contactos regulares con el ministro de Exteriores y con el director general de África y Oriente Próximo, para tratar exclusivamente de asuntos políticos ajenos a la que, en principio, es su misión.
La compensación de elevar de rango la representación de la OLP es una vieja idea, a la que Felipe González ha venido aludiendo en privado desde, al menos, hace dos años. Sin embargo, esta decisión no se hará inmediatamente efectiva para evitar que se relacione con el intercambio de embajadores con Israel.
Tampoco parece probable que se produzca de manera inmediata el establecimiento de relaciones con Albania ni Corea del Norte, los otros países con los que Madrid no mantiene relaciones diplomáticas plenas.
Secreto bien guardado
Durante la época en la que Fernando Morán fue ministro de Asuntos Exteriores, se pensó también en la posibilidad de que el consulado español en Jerusalén sirviera para facilitar algunas gestiones a los palestinos que viven en territorios ocupados por Israel. Esta compensación parece, de momento, desechada.
La fecha del establecimiento de relaciones con Israel ha sido uno de los secretos mejor guardados de la política española. La decisión, tomada hace dos semanas, la conocían sólo una docena de personas. Desde hace mes y medio, Felipe González, y el ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, comenzaron a estudiar ya la fecha definitiva. En este tiempo se mantuvieron varios contactos con la diplomacia israelí para ultimar detalles y estudiar ya la fecha definitiva.
La fecha decidida en un principio era más tardía, pero, según una de las personas que estaban en el secreto, los acontecimientos se precipitaron cuando el presidente de la Liga Arabe, Chadli Klibi, anunció que pensaba visitar Madrid. El Gobierno pensó entonces que el intercambio de embajadores debía hacerse antes de que Klibi llegara, lo que se iba a producir dentro de aproximadamente un mes, según el plan previsto.
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