Los líderes centroamericanos piden el desarme total de los rebeldes de la 'contra'

Los presidentes de los cinco países centroamericanos, reunidos en la séptima cumbre de la zona en la localidad nicaragüense de Montelimar, llegaron ayer al acuerdo por consenso de hacer un llamamiento para el desarme total de la contra antes del próximo día 20, según informó el presidente de Guatemala, Vinicio Cerezo. Un temblor de tierra -de fuerte intensidad pero que no provocó víctimas mortales- alteró el desarrollo de la ceremonia de clausura.

[El terremoto, informa la agencia Efe, se produjo a las 16.55 hora local, en el momento en el que los presidentes centroamericanos habían abandonado la sala de reuniones y disponían a leer ante la Prensa la declaración final. El temblor, que duró 30 segundos, se sintió en casi toda Nicaragua y en Costa Rica. Numerosas personas abandonaron sus hogares].Los presidentes centroamericanos anunciaron que en el próximo mes de junio, o en la primera semana de julio como muy tarde, celebrarán una nueva reunión, esta vez de carácter económico, en Guatemala. La impresión es que esta cumbre de Montelimar ha sido más bien de trárnite, en parte de despedida a Óscar Arias y a Daniel Ortega, y en parte de preparación para las nuevas tareas, que ahora resolverán cinco mandatarios conservadores.

Otro punto importante que se dirimió aquí fue la búsqueda de instrumentos de presión para desmovilizar a los 12.000 efectivos de Contra, que se encuentran tanto en Honduras -ya muy pocos- como en territorio de Nicaragua. Ninguno de los altos mandatarios quiere que la guerrilla rebelde siga con las armas después del 20 de este mes, y han expresado claramente que tanto las Naciones Unidas como la Organización de Estados Americanos (OEA) están dispuestas a trabajar en la desmovilización, siempre que haya una voluntad política. Voluntad que todos dicen compartir.

Sin embargo, no se escapa que en estas reuniones existe un doble lenguaje. Pudiera decirse que una cosa es lo que aquí se dice de cara al prestigio personal y de los Gobiernos, para ser publicada en la Prensa internacional, y lo que se hace en casa. Por ejemplo, la guerrillera salvadoreña -frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN)- ha enviado a la cumbre, por medio de su comandante Nidia Díaz, y con los buenos oficios de Daniel Ortega, un comunicado en el que cede más que nunca en sus posiciones, a cambio de "una auténtica democratización y pacificación del país".

El FMLN exige respeto a los derechos humanos, reforma del sistema judicial, elecciones justas y, autodepuración del Ejército. Por su parte, rebaja las exigencias que hasta ese momento había mantenido.

El caso de Guatemala también es ilustrativo. La Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), que reúne a todos los grupos guerrilleros que llevan 27 años de guerra interna , ha enviado también una carta a los presidentes centroamericanos reunidos en Montelimar, ratificando el acuerdo de Oslo pidiendo su apoyo para que tanto el Gobierno como los insurgentes puedan buscar una salida política al conflicto.