Alemania aprueba una polémica ley sobre ingeniería o genética en animales y plantas

A partir de julio, los investigadores que trabajen en la República Federal de Alemania deberán obtener permisos especiales del Ejecutivo para llevar a cabo mutaciones genéticas en plantas, animales o microorganismos, e incluso para construir laboratorios destinados a trabajar en el campo de la ingeniería genética, también llamada biotecnología.

El Bundestag (parlamento) aprobó la semana pasada una ley relativamente restrictiva con respecto a la que muchos consideran la industria de punta del siglo XXI y prepara otro texto legal para regular los experimentos con genes y embriones humanos.La ley, sin embargo, ha sido crificada duramente por la oposición y por la totalidad de los grupos defensores del medio ambiente, que aseguran que, tras sus enunciados restrictivos, esconde una "claudicación total" a los intereses de las industrias químicas de la RFA. Presionada por un fuerte movimiento popular contra este tipo de experimentos, que han llegado a concretarse en atentandos con bombas incendiarias contra laboratorios biotecnológicos, la coalición democristiana-liberal en el poder en la RFA, ha conseguido hacer pasar por el parlamento con una rapidez asombrosa una ley que al dejar en manos del Ejecutivo la decisión, no alcanza ni de lejos las pretensiones de los "verdes", ni siquiera la de los socialdemócratas.

En el mundo económico, donde desde hace ya tiempo se ha apostado por la biotecnología como la gran industria que en el futuro tomará el papel de punta de lanza ocupado actualmente por la cibernética, preocupa grandemente la tendencia restrictiva imperante en los países europeos contra el desarrollo de la ingeniería genética.

La carrera del futuro

En los últimos tiempos han sido numerosos los comentarios de empresarios y de asociaciones de industrias químicas y farmaceúticas avisando de que Europa podría perder la carrera del futuro ya que numerosas empresas europeas habían ya decidido instalar sus laboratorios en Estados Unidos o Japón, donde las leyes son menos restrictivas y no existe este recelo contra las nuevas tecnologías. Concretamente la multinacional suiza Sandoz se refirió a este tema al anunciar la construcción de uno de sus laboratorios en Japón, en lugar de en Europa. La ley recién aprobada en la RFA revela el intríngulis de la polémica. Mientras que según la CDU, la ley está destinada a "eliminar la existente inseguridad jurídica y crear condiciones transparentes para permitir las inversiones de los países de la CE en la RFA", los socialdemócratas aseguran que el lexto legal, "en vez de proteger al hombre y al medio ambiente", está destinado en realidad "a fomentar la biotecnología". El SPD no consiguió introducir la prohibición de utilizar la ingeniería genética en la industria bélica, ni que se impidiera la salida de los laboratorios de organismos creados artificialmente, que, en su opinión podrían crear grandes desastres ecológicos.Los grupos de protección del medio ambiente tienen prevista una gran manifestación en Colonia, donde el ayuntamiento proyecta un parterre con petunias genéticamente alteradas.